¿Ahorrar en las facturas y reducir el impacto en el medioambiente? ¡Es posible! La aerotermia es un sistema de climatización que contribuye a la obtención de recursos sin perjudicar nuestro entorno.
Estamos acostumbrados a viviendas, oficinas y todo tipo de edificios con instalaciones de refrigeración y calefacción. Sin embargo, este tipo de sistemas suelen ser bastante contaminantes, a la vez que inflan los gastos económicos.
Sin embargo, en pleno auge de las energías renovables, y aprovechando las nuevas tecnologías, encontramos alternativas sostenibles y económicas (a medio-largo plazo). ¡Puedes aplicarlo en tu empresa!
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Es decir, es un estudio de postgrado al servicio de las empresas que quieran reafirmar su compromiso con la mejora continua. Ofreciendo a sus clientes más que un producto o servicio, sino una marca que se esfuerza por lograr la sostenibilidad.
¿Qué es la aerotermia?
La aerotermia es un sistema de climatización que utiliza la energía del aire para obtener calefacción, refrigeración y agua caliente. Todo ello se consigue con un único aparato. ¡3X1! ¿Pero realmente es el futuro? ¿Podrá sustituir otras energías más contaminantes como el gas natural?
Ciertamente, en la actualidad, este sistema logra obtener hasta un 75% de la energía del aire para la climatización. Esto hace que se convierta en una opción muy interesante, sobre todo, para instalaciones de gran tamaño.
Técnicamente, los aparatos de esta renovable extraen la energía ambiental que se encuentra dentro de la temperatura del aire. Así pues, en invierno se capta la temperatura de la unidad exterior para convertir el frío en calor.
Mientras que en verano el proceso se invierte. Entonces utilizamos la unidad interior, que envía fuera de la vivienda el calor para conseguir temperaturas más bajas.
¿Cuánto cuesta la aerotermia?
La transición de las energías contaminantes a la aerotermia requiere una inversión. Es cierto que para muchas familias o pequeñas empresas puede ser inviable. Pero ¿por qué no plantearlo desde la construcción como un servicio de valor añadido?
En cifras, el precio medio de la instalación suele oscilar entre los 8.000 y 24.000 euros. Esto dependerá de la tipología del lugar donde se vaya a instalar. En primera instancia puede chocar, pero suele amortizarse en un periodo de cinco a 12 años aproximadamente. Además, cada vez más se ofrece financiación para poder facilitar el acceso a estos sistemas a toda la sociedad.
En cuanto a las características de la vivienda o edificio donde se vaya a instalar, el factor más influente es el tamaño. Esto se debe a la potencia de la bomba de calor, la instalación hidráulica y el suelo radiante. Estos tres elementos tendrán que ser mayores y más potentes si el tamaño es mayor.
Aspectos positivos y negativos sobre la energía extraída del aire
A continuación, vamos a exponer los principales motivos por los que realizar una instalación de este tipo es muy positivo para particulares y empresas. ¡Empezamos!
- Eficiente: al consumir menos energía que otros sistemas tradicionales, podemos ahorrar en las facturas.
- Renovable: es una energía renovable, por lo tanto es inagotable. Además, está inscrita como tal en el Código Técnico de la Edificación.
- Sostenible: es decir, la Unión Europea considera que puede satisfacer nuestras necesidades sin contaminar el entorno.
- Mantenimiento mínimo: no requiere grandes esfuerzos para su buen funcionamiento, es como una nevera o un televisor.
- Tres servicios con un solo aparato: este sistema permite obtener calefacción, refrigeración y agua caliente.
- Sin combustión: al no tener que instalar una caldera se evitan los residuos y la contaminación del aire, además se limitan los riesgos.
- Menos dependencia de combustibles fósiles: el lugar donde se instale este sistema puede funcionar únicamente con electricidad. Es decir, no serán necesarios otros suministros.
- Sistemas silenciosos: en ocasiones los aires acondicionados o las calefacciones son molestos por el ruido que generan. Sin embargo, con la energía extraída del aire esto se reduce considerablemente.
En el lado opuesto, encontramos principalmente dos inconvenientes para este tipo de sistemas. El primero, como hemos mencionado, es el coste. El desembolso inicial es una inversión a medio-largo plazo.
Aunque se compensa con el ahorro de las facturas mensuales, hay que tener el dinero inicialmente o conseguir financiación para ello. Por lo tanto, puede ser una limitación para ciertos grupos.
La segunda cuestión tiene que ver con el espacio para la instalación. Se requiere una unidad exterior para poder llevarlo a cabo. Por lo tanto, esto también es un hándicap, pues muchas viviendas u oficinas no cuentan con este espacio extra fuera.
Combinando renovables: energía solar y aerotermia
¿Crees que es posible combinar los sistemas fotovoltaicos con la aerotermia? ¡Es totalmente posible! Además, es la mejor opción para optimizar el rendimiento y generar energía totalmente limpia.
Por un lado, los paneles solares pueden obtener la energía y convertirla en electricidad. Esta se utilizará para compensar ese mínimo requerido para el sistema de aire. De esta forma, se acabó depender de otros combustibles contaminantes y limitados.
Además, este tándem tiene un beneficio más: revalorización de la vivienda o lugar de la instalación. Puede multiplicarse entre un 10% y un 20%. Por lo tanto, la inversión inicial habrá merecido la pena.
Ahorrar en las facturas, revalorizar la instalación y contribuir al bienestar de planeta. ¿Se puede pedir más? Quizás sí, que tu empresa comience a responsabilizarse de sus acciones desde ya mismo. Cada uno desde su posición tiene el poder de contribuir a un mundo mejor. ¿Te apuntas a reducir la huella ecológica?