certificado energetico

Certificado energético para inmuebles

El certificado energético se enfrentó a una gran revolución en el año 2002. La Directiva 2002/91/CE determinaba nuevas normas relativas al rendimiento energético de los edificios. Esta normativa pretendía adecuarse a los requerimientos europeos en este ámbito.

Los edificios de viviendas o vinculados a servicios son los mayores consumidores de energía dentro de las fronteras de la Unión Europea. Las cifras estiman que son los responsable de cerca del 40% del consumo y de las emisiones de CO2.

Es más, en 2013 la ley estipuló que para vender o alquilar un inmueble es obligatorio que cuente con el certificado energético. Esto generó una gran avalancha de solicitudes para que las viviendas o locales comerciales recibiesen su certificación.

Lamentablemente, aun hay espacios que carecen del mismo por la falsa creencia de que obtener este documento repercutirá en sus inmuebles. Teniendo que hacer grandes obras para adaptarlos a la normativa.

Pero la realidad es que la certificación energética solo es un documento informativo, no vinculante. Por lo que no requiere cambios, pero sirve para que los inquilinos conozcan el estado real del edificio.

La norma impuesta por la Unión Europea pretendía alcanzar el 20% de eficiencia energética. Esta es una de las razones por la que ha aumentado la demanda de estos profesionales exponencialmente.

En este mismo sentido, nuestra formación en Certificador Energético de Edificios online te permitirá conocer las normativas, cómo aplicarlas y las herramientas necesarias para ello.

Certificación energética: Directiva 2002/91/CE

La Directiva de eficiencia energética en edificios tenía como objetivo mejorar la eficiencia energética. Es decir, promover el uso responsable de la energía en beneficio del medio ambiente. Por ejemplo, minimizar la emisión de gases efecto invernadero, reducir el consumo energético o utilizar energías renovables.

El marco legal europeo estableció requisitos, desarrollados por el Parlamento y el Consejo, en relación con los siguientes aspectos:

  • Establecer las condiciones para el cálculo de la eficiencia energética de los edificios: debe considerar la ventilación, instalaciones térmicas, diseño de los cerramientos,…E, incluso, las aportaciones de energías renovables.
  • Aplicación de requisitos mínimos de eficiencia a los edificios de nueva creación con superficie útil de más de 1000 m2: siendo necesaria la revisión cada 5 años.
  • Aplicación de requisitos mínimos de eficiencia energética de grandes edificios existentes de más de 1000 m2 que sean objeto de reformas.
  • Creación de la certificación energética de edificios: con validez de 10 años máximo, quedan exentos edificios de carácter público de más de 1000 m2.
  • Establecer los principios para la inspección periódica de calderas y sistemas de aire acondicionado: con la evaluación de instalaciones de calefacción con más de 15 años de antigüedad.

Algunos estudios demuestran que los materiales empleados en la construcción suponen entre un 3% y 6% del consumo energético total del edificio en su vida operativa. Por ello, se hace hincapié en los nuevos proyectos. Buscando así la máxima eficiencia desde el comienzo de la vida útil de las instalaciones.

El certificado energético determina nuevas normas relativas al rendimiento energético de los edificios.

Cómo obtener el certificado energético

El certificado energético es un documento que valora e informa sobre las características de un inmueble determinado. Establece siete categorías en función del consumo de energía. El mejor nivel es marcado con la letra A y el peor con la G.

Es importante tener en cuenta, que para que esta certificación tenga valor legal debe ser expedido por un técnico cualificado y registrado en la comunidad en la institución encargada de este trámite.

Por lo tanto, el primer aspecto a tener en cuenta en la certificación es la elección del técnico. Las comunidades autónomas tienen la obligación de poner a disposición de la población un organismo dedicado a esta cuestión. Por lo tanto, podrás comprobar los técnicos autorizados disponibles en tu entorno.

El segundo paso es la inspección del inmueble. En este momento, el técnico visitará la vivienda para tomar medidas y recabar la máxima información sobre los materiales. Desde las instalaciones de calefacción o climatización hasta el equipamiento de la vivienda.

Posteriormente, esos datos serán analizados para determinar el cálculo de coeficientes. Lo que determinara la calificación que recibe nuestro edificio. Por lo tanto, cuando se emita el certificado podremos comprobar en qué grado del baremo entre la A y la G se encuentra.

Además, este certificado incluye algunas recomendaciones para mejorar la eficiencia energética de la edificación. Esto puede servir para futuras revisiones, ya que cada 5 o 10 habrá que volver a realizarla.

Finalmente, se registrará el certificado energético en la oficina del organismo competente dentro de la comunidad autónoma. Ambas partes, propietario o técnico, pueden emitir el documento en la sede oficial.

De este modo, el edificio recibe la acreditación oficial que será el documento necesario para el posible alquiler o venta del inmueble.

Recomendaciones para mejorar la eficiencia energética

Es posible que al escuchar mejora de la eficiencia energética pienses en grandes obras. Pero las pequeñas acciones en nuestros hogares también son importantes. Por ejemplo, te animamos a que intentes implementar alguna de estas recomendaciones:

  • Apaga la calefacción si no estás en casa.
  • No dejes enchufados aparatos eléctricos que no utilices.
  • Antes de comprar, infórmate sobre los aparatos más eficientes.
  • Controla tu consumo energético con una app.
  • Averigua cuáles son tus hábitos más contaminantes e intenta modificarlos.

Estos consejos harán que tu consumo se reduzca notablemente. Adquiriendo así un compromiso con el medio ambiente. Pero además, tu gasto energético repercutirá en la parte económica, pudiendo ahorrar en tus facturas.

La normativa europea es un paso hacia la sostenibilidad del planeta. No podemos olvidar que cada acción cuenta y repercute en todo el mundo. Sumarnos a este compromiso es apostar por el futuro del medio ambiente.

Y ahora que ya sabes cómo hacerlo, ¿solicitarás tu certificado energético?