¡Haz memoria! Seguro que en algún momento has hecho eso de repartir los puntos de un trabajo y luego juntarlos. ¿Cuántas veces ha funcionado esa estrategia? Podemos aventurarnos a decir que el 95% de las ocasiones ha habido fallos destacables.
¿Te has preguntado por qué? ¡Faltaba comunicación!
En las empresas y, cualquier ámbito de la vida, sucede exactamente lo mismo. Los equipos que no están coordinados y no interactúan entre ellos acaban fracasando. Pero no solo se trata de hablar, hay que practicar la escucha activa y…no te olvides de prestar atención a la comunicación no verbal.
La comunicación no verbal en los entornos laborales
Imagina que entras en la oficina y tu compañero te sonríe. Sigues avanzando hasta tu puesto y ves a tu jefe de frente hablando por teléfono con el ceño fruncido y moviendo mucho los brazos.
Nadie ha dicho nada, pero tú ya sabes que tu compañero está de buen humor y simpatiza contigo. Mientras que tu superior está enfadado por la llamada que está atendiendo. Todo esto lo has percibido a través de la gestualidad.
Con este ejemplo, queremos poner sobre la mesa la importancia de la comunicación no verbal en las organizaciones. No basta únicamente con atender al lenguaje verbal, es necesario entender lo que se dice más allá de las palabras.
Tu posición corporal, tu tono de voz o tu sonrisa pueden ser claves para convencer a un cliente o, por el contrario, ahuyentarlo. También es útil para el departamento de recursos humanos en los procesos de selección o en el desarrollo de un proyecto.
Son muchos los entornos donde podría ser eficaz interpretar la comunicación no verbal, ¿pero sabemos cómo hacerlo? ¿Por qué sé que una sonrisa es buena señal y el ceño fruncido es enfado?
Ekman, Friesen y los cinco tipos de comunicación no verbal
Ekman y Friesen son grandes figuras de la comunicación no verbal. Ambos investigadores han escrito largo y tendido sobre esta parte de la comunicación que nos afecta a todas las personas. Sus estudios dieron como fruto una categorización del comportamiento.
A continuación, analizamos las características, el grado de consciencia y, sobre todo, vemos ejemplos que ilustren cada tipología dentro de la kinésica.
Emblemas
Los emblemas en comunicación no verbal son gestos que tienen una traducción o significado verbal específico. Este tipo de comportamientos son voluntarios y conscientes. Por lo tanto, son seleccionados de forma similar a como escogemos una palabra.
Por ejemplo, todos sabemos que mover la cabeza de arriba hacia abajo se traduce como “sí”. Mientras que moverla de lado a lado significa “no”. También entendemos que mover la mano de un lado a otro es una forma de saludar.
No obstante, algunos gestos pueden no entenderse por factores culturales. En este sentido, en Inglaterra levantar los dedos índice y corazón con el dorso de la mano hacia fuera es un gesto ofensivo. Mientras que en España simplemente se utiliza para decir “dos”.
En definitiva, aunque Ekman afirmó que existen gestos universales para todas las culturas. Es importante conocer los emblemas de cada lugar antes de viajar o trabajar allí. De esta forma, podremos ahorrar malos entendidos y, sobre todo, fomentar una comunicación eficaz.
Ilustradores
Los ilustradores son el lenguaje no verbal que acompaña a nuestras palabras. Podríamos decir que es un complemento consciente, aunque en menor medida que los emblemas. Además, tampoco existe una traducción literal para estos gestos.
Es decir, sirven para enfatizar en una palabra o en una parte del discurso, por ejemplo. Por lo tanto, cualquier movimiento auxiliar de nuestro cuerpo podría ser un ilustrador.
Demostraciones de afecto
Estos gestos se parecen bastante a los ilustradores, sin embargo, la diferencia está en el componente emocional. Así pues, podrían delatar a alguien que está mintiendo o que tiene una intervención muy preparada. También sirve para detectar la emoción en personas que a menudo parecen contenidas.
Normalmente, las demostraciones de afecto aparecen reflejadas en el rostro. Pueden darte de forma consciente o inconsciente. Algunos gestos pantógrafos pueden ser el llanto, la risa o fruncir el ceño.
Reguladores
Los reguladores se utilizan durante las conversaciones para mantener el flujo de esta. Es decir, sirven para que el interlocutor sienta que le estamos entendiendo, que seguimos el hilo de lo que dice o que no estamos de acuerdo.
A menudo utilizamos este tipo de comportamientos sin darnos cuenta, aunque cuando estos gestos son ajenos sí somos muy conscientes de su presencia. Algunos ejemplos pueden ser indicaciones con la cabeza para asentir o negar, también arquear las cejas o inclinar el cuerpo ligeramente.
Adaptadores
Por último, los adaptadores son comportamientos que frecuentemente se definen como tics nerviosos. Normalmente se relacionan con nuestras primeras experiencias de aprendizaje social, emocional e instrumental. Los utilizamos para gestionar o controlar nuestras emociones.
Ejemplos de adaptadores pueden ser tocarnos la nariz o el pelo si estamos nerviosos. También mover la pierna de forma constante o dar golpecitos sobre una mesa.
Paralenguaje: la comunicación no verbal de la voz
La comunicación no verbal no está compuesta únicamente de gestos. Hay otros elementos más allá de la kinésica como la proxémica, la cronémica y, por supuesto, el paralenguaje.
Este último hace referencia a los elementos no verbales de la voz. Es decir, no se trata de lo que decimos, sino de cómo lo decimos. El ritmo, la entonación, el acento, el volumen o el silencio son parte del paralenguaje.
Al igual que en la kinésica, el paralenguaje tiene sus propias categorías:
- Cualidades primarias: timbre, tono, volumen, velocidad, ritmo, cortesía y dicción.
- Calificadores: responde al control de la respiración, de la laringe o de la mandíbula.
- Diferenciadores: la risa, el llanto, los suspiros,…son modificadores de las palabras y muchas veces tienen relación con reacciones fisiológicas o emocionales.
- Asignantes: imitaciones de sonidos, por ejemplo. Son identificables y se utilizan semánticamente como una palabra.
- Silencios: las pausas también comunican.
5 consejos para mejorar su comunicación no verbal en el trabajo
Entre un 60% y un 80% de nuestra comunicación diaria es no verbal. Por lo tanto, como hemos mencionado al comienzo de este post también incluye dentro de los entornos laborales. Tanto en las charlas coloquiales con otros compañeros como en una presentación ante un cliente, nuestro lenguaje no verbal es muy importante.
Por este motivo, ahora que conoces las distintas tipologías, queremos ofrecerte algunos consejos para aplicar dentro de tu trabajo para conseguir mejorar la comunicación:
- Mirada: mantener el contacto visual transmite seguridad, avala la confianza que sientes en lo que dices. Pero no te sobrepases, podrías intimidar al interlocutor.
- Postura corporal: mantente erguido cuando realices una intervención y muestra sus extremidades abiertas. Cruzar los brazos o las piernas transmite inseguridad o rechazo.
- Espacio: busca un lugar adecuado para conversar o realizar un discurso. Presta atención también a la distancia con el interlocutor, estar demasiado cerca puede invadir el espacio personal.
- Silencio: tan importantes son las palabras como la ausencia de ellas. Realiza pausas en tus intervenciones, deja respirar el discurso, consigue que sea dinámico.
- Voz: cada persona tiene innata una voz, pero podemos modificarla. Sé consciente de donde te encuentras. A veces tendrás que hablar en susurros y otras proyectarla hasta el final de un auditorio.
En definitiva, presta atención a cada una de las categorías de la comunicación no verbal. No es necesario que planifiques cada conversación, restarías naturalidad. Pero sí es necesario que, en ocasiones, tengas el control de tu lenguaje no verbal.