Han saltado todas las alertas y las noticias se hacen eco de un posible desabastecimiento como consecuencia de la pandemia que todavía hoy no ha desaparecido. ¿Está la globalización comprometida en este momento?
Ciertamente, depender totalmente del comercio exterior es un riesgo que hasta ahora no se había hecho patente para las empresas. Pero el aumento del comercio online y las restricciones del COVID hacen que el transporte internacional se encarezca.
No obstante, la mayoría de empresas desestiman la posibilidad de que haya un desabastecimiento para fechas señaladas como Black Friday o Navidad. Aunque lo cierto es que algunos productos están tardando en llegar y, cuando lo hacen, tienen un precio superior.
¿Qué significa todo esto y cómo puede afectarnos?
Las secuelas del COVID-19 en la logística y el comercio
La pandemia mundial ha puesto en jaque al mundo entero, incluso más allá de la problemática de salud pública. En muchas partes del mundo, incluida España, la actividad empresarial se redujo a los productos y servicios de primera necesidad. En consecuencia, el resto de negocios tuvieron que detener su trabajo.
Esto se traduce en un parón económico de gran importancia, ya que el mercado se retroalimenta y, si comienzan a fallar las partes, se detiene. Asimismo, la demanda de ciertos productos como de cosmética o ropa minimizan sus ventas. ¿Para qué los necesitamos si no podemos salir de casa?
No obstante, otras áreas se incrementan como la repostería o el comercio de plantas ornamentales. Y, en esta misma línea, el comercio electrónico se posiciona a la cabeza tanto para las compras básicas de alimentación como para conseguir otros productos.
En resumen, todos estos factores y otros muchos, han dejado un paradigma donde el comercio online ha salido victorioso. Aumentando indudablemente su cuota de mercado y ganando la confianza de aquellos que todavía eran exceptivos.
Por lo tanto, la necesidad de un mayor engranaje logístico se ha hecho patente durante este tiempo. Ya que el e-commerce desdibuja las barreras geográficas y nos permite obtener lo que deseamos independientemente de donde se produzca.
Además, en cuanto a las materias primas, seguimos dependiendo de países asiáticos como China. En este sentido, este parón mundial ha afectado en la producción de estos y se han encarecido. Además, del retraso que esto ha generado, sobre todo, en sectores como la tecnología. En definitiva, todo desemboca en el temido desabastecimiento mundial.
El miedo al desabastecimiento incrementa los entornos VUCA
Los entornos VUCA se caracterizan por su volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. Claramente esto es reflejo del mercado actual en España y en el mundo. Este tipo de situaciones son muy complicadas de manejar porque los cambios son constantes.
Por ello, es imprescindible contar con una buena gestión, donde se incluyan planes de actuación y de contingencia. Asimismo, la mejor recomendación es la flexibilidad y la adaptabilidad.
Para obtener estas habilidades y saber actuar en este tipo de contextos recomendamos nuestro Máster en Administración de Empresas Internacionales. Podrás aprender todo lo necesario para realizar una gestión efectiva, adquiriendo una visión general empresarial y del mercado internacional.
De igual modo, dentro de los planes de negocio debe ponerse sobre la mesa la anticipación y la previsión mediante el análisis de tendencias. De este modo, aunque haya retrasos u otras dificultades, las empresas tendrán los mecanismos para sobrevivir.
El futuro del comercio internacional
Las previsiones a principios de este año apuntaban a una recuperación del comercio tanto nacional como internacional. El pronóstico de la Organización Mundial del Comercio (OMC) era de un crecimiento del volumen de comercio de mercancías del 8%. Sin embargo, los datos del primer semestre del año han hecho que se modifiquen las estimaciones hasta un 10,8%.
No obstante, en 2022 este aumento se moderará. Pero lo que está claro es que la dirección del comercio mundial se sitúa al alza. Sin embargo, hay que tener en cuenta los problemas actuales ya mencionados. ¿Qué puede suponer esto para el mundo de la logística?
Nos surgen multitud de preguntas como esta. ¿Habrá un cambio de paradigma en la producción internacional? ¿Se potenciará lo local frente a lo internacional? ¿Es necesario replantear el transporte externo?
No tenemos respuestas a todas estas preguntas, pero lo que es evidente que la formación especializada en el sector de la logística es fundamental para afrontar los nuevos retos desde un plano experto.