La diferencia entre actitud y aptitud es relevante. Al tratarse de palabras en las que solo cambia una letra, la confusión entre ambas es frecuente. A su vez, a nivel laboral, a un trabajador siempre se le exige tanto aptitudes profesionales como una buena actitud personal en el trabajo. Y eso puede aumentar la confusión sobre estos términos. Sobre todo en el significado de cada uno de ellos.
Cuál es la diferencia entre actitud y aptitud
¿Qué es actitud?
La actitud es la manera en que una persona se comporta u obra frente a unas labores o trabajo. La actitud psicológica es un comportamiento interno, propio de la persona.
Aunque hay actitudes que quedan claramente a la vista ajena, otras no se ven pero se manifiestan en cómo afronta determinadas tareas o el trabajo en general. La actitud es uno de los valores clave para ser un buen profesional. Independientemente del sector o puesto que se ocupe.
¿Qué es aptitud?
Se denomina aptitud a la valía o capacidad de una persona para realizar adecuadamente una determinada actividad, función o servicio. También se denomina así a la habilidad natural que posee un individuo para adquirir cierto tipo de conocimientos o para desenvolverse adecuadamente en una materia.
Aptitudes y habilidades son en cierto modo sinónimos en lo que a capacitación para tareas concretas propias de un trabajo profesional de presente y futuro se refiere. Sin embargo, tienen algunos matices. La diferencia entre capacidad y habilidad es que la aptitud es la capacidad innata de las personas. Esta se manifiesta desde la infancia para desarrollar de forma adecuada una actividad o tarea determinada. Por su parte, la habilidad es el desarrollo de dicha aptitud, adquirida por el aprendizaje y/o la práctica con el paso del tiempo.
La formación tiene mucho que ver con la aptitud de una persona para un determinado puesto de trabajo. Algo que ocurre en todos los puestos que precisan de cualificación. Y es que sin la adecuada capacitación la persona no sería apta para desarrollar las labores profesionales que se requieren en el mismo. Aptitudes ejemplos en este sentido son la de un cirujano para operar. O el manejo de auto CAD para un diseñador.
Diferencia entre actitud y aptitud con ejemplos
Ejemplos de aptitudes a nivel laboral son, entre muchísimas otras, el dominio de idiomas, la habilidad manual o la capacidad creativa. Por su parte, ejemplos de actitudes en el plano laboral son la iniciativa, la flexibilidad o la capacidad de adaptación.
Si quieres posicionarte como un profesional valioso en un proceso de reclutamiento debes disponer de la actitud y aptitud adecuadas. E igualmente para desarrollar las tareas que se te encomienden en el puesto que consigas.
Actitudes ejemplos para ser un buen profesional son la capacidad para tomar la iniciativa o la capacidad resolutiva, entre otras. En cada ámbito y puesto profesional concreto, unas actitudes son más necesarias que otras. Pero siempre son precisas algunas esenciales, como la capacidad de escucha, por ejemplo. O la capacidad para concentrarte en el trabajo.
Actitud Vs. aptitud, ¿qué es más importante a nivel laboral?
Aunque la diferencia entre actitud y aptitud es clara, ambas son necesarias para ser un buen profesional. Poseer las cualidades para un trabajo precisa tanto de habilidades laborales como de cualidades personales.
Ser apto para llevar a cabo determinadas tareas propias de un puesto laboral es esencial para ejecutarlas de manera adecuada. Pero sin buenas habilidades personales, sin una actitud adecuada frente al trabajo, raramente será suficiente. Por eso en la selección de personal y en el mundo de la empresa se tienen en cuenta y se valoran ambas.
Un profesional hábil y capaz pero con una mala actitud frente al trabajo puede ser tan prescindible para una empresa como una persona incompetente pero con buena intención. Es más, quizá a fuerza de tratar de mejorar y superarse el segundo pueda ser más interesante que el primero. Pero ninguno llega a ser totalmente interesante.
Actitud y aptitud deben ir de la mano y un buen profesional, sea cual sea su ámbito de trabajo, debe poseer ambas para ser bien valorado y reconocido a nivel laboral.
En los procesos selectivos valorarán tanto aptitud como actitud. Y, en realidad, también durante tu desempeño profesional. Porque ambas son necesarias y complementarias para ser un buen profesional, sea cual sea tu ámbito de trabajo.
Diferencia entre actitud y aptitud, ¿cómo identificarlas para elegir a un buen profesional?
A la hora de elaborar un CV es frecuente y necesario destacar las habilidades personales. Pero no siempre resulta tan sencillo destacar las actitudes frente al trabajo en el mismo. Esta es más fácil de mostrar en una entrevista de trabajo.
Durante las prácticas en empresas puedes mostrar tanto tus aptitudes ejemplos más destacados como tu actitud como profesional. Ambas te presentarán como la persona adecuada o no para ocupar un determinado puesto de trabajo. Por eso estas son una oportunidad de oro para mostrar tu valía en la empresa.
Si has pensado en formarte en el ámbito de los Recursos Humanos online, por ejemplo a través de un Master en UDIMA, aprenderás cuestiones como esta. Pero también cómo es posible con un liderazgo adecuado mejorar tanto la actitud en el trabajo como las aptitudes profesionales de una plantilla ya existente.
¿Cómo mejorar la actitud para ser un mejor profesional?
Aunque la diferencia entre actitud y aptitud es evidente, se puede trabajar sobre ambas. El fin es mejorar y disponer de unas mejores aptitudes para un puesto de trabajo o profesión concreta. Así como para mejorar la actitud con la que encarar o afrontar cotidianamente dicho empleo.
Si bien la actitud es algo en muchos aspectos propio de la personalidad de un individuo, puede trabajarse sobre ella para mejorarla. Es lo que se conoce como actitud aprendida. Para ello es preciso un trabajo personal, íntimo y sincero que puede hacerse con o sin ayuda de otras personas y que comienza por analizar nuestra forma de ser.
En base a este análisis hay que determinar los cambios de hábitos, comportamientos y pensamientos precisos para mejorar en determinados aspectos. Y hacer el esfuerzo necesario para modificar estos de manera real y efectiva.
Si es algo que te cuesta hacer por si solo puedes contar con ayuda. Un experto en coaching laboral o un psicólogo son dos perfiles profesionales capacitados para ello. Tanto en el análisis de tu forma de ser como en las acciones a tomar para mejorar tu actitud del modo que sea preciso.
¿Cómo mejorar la aptitud para ser un mejor profesional?
La aptitud también puede mejorarse a base de esfuerzo y trabajo. Por un lado se puede trabajar sobre los talentos y habilidades propias mejorando estos a través de la práctica y la acción directa sobre los mismos.
Por ejemplo, un pintor o un deportista pueden mostrar desde la infancia determinados talentos. Unas habilidades propias que les inclinan hacia el ejercicio de estas profesiones. Sin estas aptitudes innatas raramente podrían triunfar en profesiones que exigen un talento innato. Pero solo a través del esfuerzo personal, de horas de práctica y del conocimiento necesario para desarrollar métodos y conocer las herramientas propias de su labor profesional se pueden superar para llegar a estar en la élite de su profesión.
Por todo ello la formación y la práctica son claves para mejorar la aptitud para un determinado tipo de trabajo. O para determinadas tareas.
Por tanto, a pesar de la diferencia entre actitud y aptitud, ambas comparten el esfuerzo propio y el afán de superación. Medidas todas ellas para mejorar en sendas cuestiones. Alcanzar la mejora en ambas te permitirá mejorar tu perfil profesional y convertirte en alguien realmente valioso para tu empresa.
¿Estás pensando mejorar como profesional? Hay algo que puedes hacer. Identifica las aptitudes ejemplos destacados más valoradas en tu profesión. Y analiza de qué modo puedes adquirirlas o qué acciones puedes emprender para mejorar tu desempeño en estas.
Ya lo ves, actitud y aptitud son precisas para triunfar como profesional. Y sobre ambas se puede actuar par alcanzar un mayor nivel. Así que como te queda decidir qué vas a hacer para lograrlo. Está en tu mano.