Las economías de escala son modelos empresariales largamente estudiados y que son especialmente apropiados para sectores industriales. La apuesta por la fabricación masiva de cantidades ingentes de producto es una estrategia empresarial y económica muy popular. Menos estudiada es la deseconomía de escala, un fenómeno que es interesante conocer para evitar que el negocio se encuentre con este tipo de problemática sin haberla previsto previamente.
Diferencias entre deseconomías y economías de escala
¿Qué son las economías de escala?
La economía de escala de una empresa es la capacidad de esta para reducir el coste por unidad de producción al incrementar la misma. Es decir, en las economías de escala la fabricación de más unidades abarata el coste de cada unidad. Por ello la empresa es más rentable con producciones mayores.
Por esto su estrategia para una mayor rentabilidad pasa por llegar a más público, ya que el incremento de las ventas supone una doble ganancia: la debida a la propia venta extra y la debida al menor coste de producción de cada unidad vendida.
Qué es la deseconomía de escala
Esto es lo contrario de las economías de escala. Es decir, se da en aquellos casos en los que un incremento de la producción supone un mayor coste por unidad fabricada. Es esencial conocer si tu empresa sufre esta particularidad para determinar cuánta producción es la adecuada para mantener el óptimo resultado económico del negocio.
Tipos de economías de escala
Economías de escala internas
En estos casos son los factores manejables por la empresa los que permiten reducir el coste de fabricación por unidad. Hay distintas razones internas que permiten que con una inversión menor se fabriquen más unidades a menor coste unitario. Estas deben verse como las estrategias a aplicar para la mayor rentabilidad del negocio. Estas son algunos ejemplos de las más frecuentes.
1. Ahorro en las compras por la adquisición de grandes cantidades
En muchos casos la adquisición de grandes cantidades de materia prima supone un mejor precio de las mismas. En gran medida esto se debe a una mejor posición para negociar precios. Pero también puede ser originada por otras razones, como el ahorro que supone llevar un medio de transporte lleno y no por la mitad, por ejemplo.
2. Mayor rentabilidad de la maquinaria
Este es otro punto común a trabajar como estrategia en las economías de escala. Y es que el rendimiento y rentabilidad de la inversión hecha en maquinaria a menudo se incrementa con el aumento de la producción. Y en su gasto energético. Obviamente esto tiene un límite cuando al superar una determinada producción ya sería preciso invertir en nueva maquinaria o instalaciones. Por eso es importante conocer en qué punto las economías de escala pueden pasar a convertirse en deseconomías de escala.
3. Abaratamiento de gastos
En cuestiones como el embalaje, si en lugar de unitariamente se hace en varias unidades. En energía si se precisa la misma para que la maquinaria fabrique una unidad o varias. O en tecnología si con la misma inversión se logra fabricar mayor número de unidades, entre otras.
Economías de escala externas
En estos casos la reducción del coste unitario al incrementar la producción no se debe a acciones tomadas por la propia empresa. Se debe a factores ajenos a ella. Conocer estas oportunidades es clave para poder aprovecharlas y lograr un mayor éxito económico en la empresa.
Por ejemplo, en algunos casos tributariamente es más rentable producir más unidades de un producto. En otros, la mejora de las comunicaciones o cambios en legislaciones tributarias facilitan la llegada de materia prima a menor coste. O abaratan dar salida a la producción.
Ejemplos de deseconomías de escala
Como hemos dicho, si estás interesado en realizar estrategias empresariales para economías de escala es interesante que conozcas qué es la deseconomía. Y los tipos que hay. Sobre todo porque no en todos los casos una mayor producción supone un menor coste por unidad producida.
Como en el caso de los tipos de economía de escala la deseconomía de escala puede ser debido a causas internas o externas. Estos son algunos ejemplos o situaciones en las que incrementar la producción supone incrementar el coste de cada unidad producida.
Incremento de la materia prima
Tener que buscar un nuevo proveedor en ocasiones implica tener que asumir precios mayores de la misma. Y esto encarece el precio de cada unidad producida.
Necesidad de mayor inversión
Es posible que incrementar la producción implique la necesidad de invertir en nueva maquinaria, en tecnología para el sistema de almacenaje y logística, en instalaciones mayores o en la contratación de más personal. Esto puede suponer que no sea posible rentabilizar esa inversión en un tiempo adecuado por lo que se incrementaría de manera notable el coste unitario del producto.
Necesidad de mayores gastos asociados
Esto es frecuente en empresas contaminantes, ya que la gestión de residuos o la gestión de limpieza de aguas ligada a una mayor productividad puede elevar el precio de cada unidad producida perjudicando a la rentabilidad de la empresa. Pero también puede ser debida a otro tipo de gastos que aumentan al crecer la producción. Y que no se pueden rentabilizar adecuadamente.
Valora si implementar en tu negocio estrategias propias de las economías de escala te permitirá mejorar la rentabilidad de tu empresa. Pero siempre sin perder de vista qué es y qué supone caer en la deseconomías de escala para un negocio.