¿Sabrías mencionar al menos tres energías renovables? Empezamos nosotros: energía hidráulica. Se trata de usar la fuerza del agua en movimiento para generar energía limpia. Es decir, sin contaminantes para el medio ambiente.
La energía hidráulica se usa desde hace miles de años. Las antiguas civilizaciones ya aprovechaban este recurso hídrico para conseguir energía. Las corrientes de agua propiciadas por la lluvia o el deshielo de la nieve eran las encargadas de generarla. De este modo, podían poner en marcha los molinos o fabricar papel.
Actualmente, en algunos países como China es la energía renovable más usada para generar electricidad. En Europa, Portugal se encuentra a la cabeza en la utilización de la energía hidráulica. Mientras que España, el 18,5% de la energía es de este origen.
A nivel nacional, destacan en producción hidráulica las centrales de Salamanca y Cáceres, según los datos de la Fundación Aquae.
¿Cómo se consigue la energía eléctrica?
El proceso para conseguir energía se controla desde la central hidroeléctrica. Esta infraestructura está compuesta por tres partes: la central eléctrica (donde se produce la electricidad), la presa (es la parte que controla el flujo de agua) y, en ocasiones, un embalse (lugar donde se almacena el agua).
La energía se genera con la caída del agua, por eso suelen localizarse en lugares de alta montaña con grandes desniveles. La acción consiste en que el agua presiona las turbinas y las hace girar y estas, a su vez, mueven el generador que produce la electricidad. La presa se mantendrá cerrada para acumular agua y posteriormente ganar mayor fuerza cinética.
Las principales tipologías de centrales hidroeléctricas
Aunque todas las centrales hidroeléctricas necesitan el agua para su funcionamiento, existen distintos tipos atendiendo a su funcionalidad. Las tres centrales más conocidas son las siguientes
De agua fluyente
Su funcionamiento no altera el curso de la naturaleza. Por lo tanto, se adapta la central a los caudales de los ríos. En consecuencia, apenas tienen capacidad para almacenar el agua. Sin embargo, su funcionamiento es continuo durante todo el año, aunque varía por las condiciones estacionales.
Para poner en marcha este tipo de centrales se deberá tener en cuenta el entorno y estudiar sus movimientos hídricos. Aunque estas no pueden ajustar su producción a la demanda, dependen exclusivamente del medio ambiente.
De regulación
Este tipo es el más conocido. Se almacena el agua y esto permite regularla. Por lo que sí se puede adaptar a la demanda de electricidad.
El embalse se sitúa en la parte superior y al abrirlo deja que la fuerza del agua mueva las turbinas y genere energía hidroeléctrica.
Reversibles o de bombeo
Estas centrales generan la energía realizando el proceso inverso a las dos anteriores. Las instalaciones bombean el agua hacia un embalse situado en un nivel superior. De este modo, se genera un ciclo del agua, que permite aprovechar al máximo los recursos hídricos disponibles.
Ventajas de la energía hidráulica
- Fuente de energía limpia: la electricidad se genera sin combustibles ni productos químicos, solo con la fuerza del agua. Por lo que se limita la emisión de residuos tóxicos.
- Fuente de energía renovable: las centrales hidroeléctricas se sitúan en lugares donde el ciclo anual es similar. Por lo tanto, el agua está disponible continuamente. En consecuencia, la energía es inagotable.
- No es intermitente: a diferencia de otras renovables como la eólica o solar, la energía hidráulica no se detiene. La corriente de agua es continua y regular.
- Previene inundaciones: las presas pueden contener el exceso de agua en época de lluvias.
- Permite regular el agua potable: se puede dosificar el agua entre los territorios más secos y los que disponen de más recursos. De este modo, se optimizan y facilita la gestión del agua dulce.
- Bajo coste: el único gasto para generar energía hidráulica es la construcción de la planta. Una vez disponemos de la presa, no necesitamos más inversión.
El riesgo de las centrales hidroeléctricas
La construcción de grandes infraestructuras como presas tiene un impacto en el medio ambiente. Además de las consecuencias visuales, puede suponer un daño al ecosistema si no se estudia minuciosamente el terreno.
Asimismo, la destrucción del ecosistema acuático. Las alteraciones en el caudal pueden afectar a la fauna del mismo. Las excesivas corrientes o la fuerza del agua cayendo, por ejemplo, dificultan el ciclo natural de animales y plantas.
La concienciación sobre las cuestiones relacionadas con el medio ambiente cada vez es mayor. Todos los agentes de la sociedad trabajan para protegerlo. De este modo, los proyectos de las centrales hidroeléctricas cuentan con medidas dedicadas a la mitigación ambiental. Se logra así un equilibrio ambiental. Aprovechando los recursos de la naturaleza pero sin actuar en su perjuicio.
Si te quieres dedicar tu vida profesional al cuidado del medio ambiente, nuestro máster en Energías Renovables y Medio Ambiente es para ti.