¿Te consideras una persona feliz? Probablemente deberíamos plantarnos más a menudo esta pregunta. En ocasiones no somos conscientes de que no lo somos, la rutina nos ha hecho normalizar situaciones alejadas de esa sensación. En este sentido, debemos analizar todos los aspectos de nuestra vida, incluido el trabajo. Por ello hoy vamos a hablar de…¡equipos felices!
Este post no pretende que tú o tu equipo sonaríais de forma continua durante la jornada laboral, ni que no haya ciertas discusiones. Se trata más bien de comprender el valor del bienestar laboral dentro de los grupos de trabajo.
Hay cabida para la negociación y para la crítica, pero no para los sentimientos negativos mal gestionados. O problemas derivados de perfiles autoritarios, falta de empatía o cualquier tipo de acoso, por supuesto.
Todo esto, evidentemente, requiere un esfuerzo por parte de la organización y de los empleados. Concretamente, el departamento de recursos humanos debe ser el encargado de idear estrategias que consigan la máxima calidad de vida laboral. Con nuestro Máster en Dirección y Gestión de RR.HH. podrás seguir mejorando tus conocimientos en este ámbito.
¿Qué es la felicidad?
La felicidad es un concepto muy abstracto, por ello cada persona puede definirlo de un modo distinto. No obstante, la Real Academia Española arroja tres acepciones que son muy esclarecedoras:
- “Estado de grata satisfacción espiritual y física”.
- “Persona, situación, objeto conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz”.
- “Ausencia de inconvenientes o tropiezos”.
Probablemente, la más acertada sea la primera, ya que resulta prácticamente imposible no tener problemas en la vida. Pero si somos capaces de afrontarlos, de saber gestionarlos, seremos capaces de alcanzar ese bienestar.
Equipos felices: ¿es posible ser feliz en el trabajo?
Según encuestas de felicidad laboral realizadas por Gallup, aproximadamente, el 80% de los trabajadores no son felices. Desgraciadamente, esta es una tendencia que se mantiene con el paso del tiempo. ¿Qué estamos haciendo mal?
Quizás podríamos plantearlo desde el lado positivo: ¿qué podemos hacer para conseguir equipos felices? A continuación vamos a enumerar algunas cuestiones que, según el mencionado estudio, son relevantes para la satisfacción de los trabajadores:
- Propósitos, metas y objetivos: determinar hasta donde queremos llegar permite tener una perspectiva clara. Podremos saber cómo estamos actuando y si llegaremos a lograr aquello que planteamos.
- Logros y reconocimientos: en relación con lo anterior, conocer las metas permitirá alcanzarlas. Los trabajadores se sienten más felices cuando reconocen su esfuerzo.
- Flexibilidad: conciliación, teletrabajo, horarios adaptables,…cualquiera de estos pueden ser ejemplos de unas condiciones flexibles que permiten mejorar la satisfacción laboral.
- Aprecio y sinceridad: sentirnos parte de la empresa, que nos valoran y cuidan es clave para garantizar la felicidad en el ámbito laboral.
Además de estos ejemplos, queremos poner énfasis en el aprendizaje. Es uno de los factores que los trabajadores valoran más para su felicidad. Por ello, si desde las empresas ofrecen formación estarán trabajando este ítem pero a la vez multiplicando sus beneficios.
Los empleados que se forman continuamente aumentan su rendimiento, son más adaptables, generan sinergias entre ellos,…en definitiva, aportan mucho más valor a la compañía.
Por este motivo, la formación bonificada es perfecta para aquellas organizaciones que quieren retener el talento y estar siempre al día. No dejes pasar la oportunidad de que tus empleados crezcan contigo.
Causas de la infelicidad
¿Qué limita nuestra felicidad en el trabajo? Dar respuesta a esta pregunta puede ser el primer paso en la construcción de equipos felices. Algunos ejemplos de causas de la infelicidad pueden ser:
- Condiciones económicas: en muchas ocasiones, los empleados se conforman con salarios por debajo de sus expectativas. Más aún en periodos de incertidumbre como han podido ser la reciente pandemia.
- Falta de motivación: en muchas ocasiones el trabajo es un mero trámite para conseguir dinero. La motivación es extrínseca y acaba reduciéndose hasta suponer una desmotivación.
- No aprender: realizar un desempeño mecánico sin adquirir conocimientos puede ser el detonante de la frustración.
- Exigencias: cuando los directivos se convierten en autoritarios y los equipos les temen dejan de realizar su labor correctamente. Además, esto hace que los empleados sean menos productivos, tengan miedo a dar su opinión o a ser partícipes de las actividades.
Estas son solo algunas situaciones que podrían causar la infelicidad dentro de los equipos, pero hay muchas más. La carga excesiva de trabajo, el estrés, la ansiedad, la falta de flexibilidad, las discriminaciones,…
No obstante, hay que tener en cuenta que tanto lo que sucede dentro de la empresa como aquellos aspectos relacionados pueden influir en la compañía. Es decir, la falta de conciliación puede ser una razón aunque es un ámbito externo.
En definitiva, escucha a tus trabajadores y responde a sus necesidades. Indudablemente, si generas equipos felices, podrás mejorar los resultados globales de la empresa. ¡Hazlo ya!