ESPECIALISTA EN SEGURIDAD ALIMENTARIA

Las empresas del sector alimentario están optimizando sus recursos en la seguridad alimentaria. Esto se debe a que los consumidores cada vez son más exigentes y piden productos seguros.

Por tanto, las organizaciones deben cumplir con estas expectativas de seguridad. Si hay algún error en este sentido los consumidores la castigarán y afectará a los resultados de la empresa.

Con este programa de seguridad alimentaria los alumnos serán capaces de implementar y mantener en la organización aquellos sistemas de gestión que aseguren la calidad de los alimentos y la seguridad e inocuidad.

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En este especialista en seguridad alimentaria se muestra que la cadena agroalimentaria posee un enorme peso en la economía. Su trascendencia e importancia va más allá de meras cifras económicas. Se muestra en este curso de seguridad alimentaria que del correcto funcionamiento de todos sus elementos dependen en gran medida la seguridad y salud de los consumidores.

Los consumidores son cada vez más sensibles a todo lo relacionado con la nutrición y la seguridad alimentaria. Por ello, resulta fundamental el papel de una normativa alimentaria sólida, clara y lo más horizontal posible. La protección del consumidor es el común denominador de las distintas normativas.

De esta manera, la Unión Europea y sus países miembros han desarrollado y adoptado distintas normativas para proteger la salud de los consumidores.

Este es el punto de partida del Reglamento (UE) 1169/2011, en el que se exigen pautas a la industria alimentaria con el objetivo de que los consumidores se encuentren más y mejor informados. Así podrán realizar elecciones nutricionales lo más acertadas posibles en función de las necesidades particulares de cada uno.

Análisis de riesgos en la seguridad alimentaria

El Reglamento establece los principios de análisis de riesgos en relación con los alimentos y establece las estructuras y los mecanismos para la evaluación científica y técnica que se llevan a cabo por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

La legislación alimentaria y, en particular, las medidas relativas a la seguridad de los alimentos deben estar sustentadas por una sólida base científica. La Unión Europea ha estado a la vanguardia del desarrollo de los principios del análisis de riesgos y su posterior aceptación internacional.

Este Reglamento establece que los tres componentes interrelacionados del análisis de riesgos constituyen la base de la legislación alimentaria. Estos componentes son la evaluación, la gestión y la comunicación.

A pesar de ello, dicha legislación no siempre tiene una base científica. Por ejemplo, la relativa a la información al consumidor o la prevención de prácticas engañosas no necesita un fundamento científico.

La evaluación científica del riesgo debe llevarse a cabo de forma independiente, objetiva y transparente y estar basada en la mejor base científica disponible.

La gestión de riesgos es el proceso de ponderar las distintas opciones normativas a la luz de los resultados de una evaluación del riesgo. Y, si es necesario, la selección de las medidas apropiadas necesarias para prevenir, reducir o eliminar el riesgo y garantizar el alto nivel de protección de la salud que determina la Unión Europea.

Los encargados de la gestión, a la hora de adoptar decisiones, necesitan considerar una serie de informaciones, además de la evaluación científica del riesgo.

La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN)

La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición nace de la fusión entre la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición y el Instituto Nacional de Consumo.

En este especialista de seguridad alimentaria veremos que se trata de un organismo autónomo. Además tiene personalidad jurídica diferenciada y plena capacidad de obrar.

A la Secretaría General de Sanidad y Consumo le corresponde su dirección estratégica, la evaluación y el control de los resultados de las actividades que desarrollan.

Los objetivos fundamentales de la AECOSAN son:

• Ejercer la promoción y el fomento de los derechos de los consumidores y usuarios. Tanto en materia de seguridad de los productos como de sus intereses económicos.
• Promover la seguridad alimentaria. Tiene que ofrecer garantías e información objetiva a los consumidores y agentes económicos del sector agroalimentario español.
• Planificar, coordinar y desarrollar estrategias y actuaciones que fomenten la información. Así como, la educación y promoción de la salud en el ámbito de la nutrición. Y, en particular, en la prevención de la obesidad.

Seguridad alimentaria en el etiquetado

En este especialista en seguridad alimentaria se da gran importancia al etiquetado. Es muy importante que la información que acompaña a los alimentos llegue de manera efectiva a los consumidores. Por ello, ésta debe ser lo más fácil y clara de leer para los mismos. Hay que tener en cuenta que existe un elevado porcentaje de población que presenta una disminución en sus capacidades visuales.

En este sentido el Reglamento (UE) 1169/2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor establece un marco en el que se definen diferentes normas. Por un lado, de carácter obligatorio y, por otro, algunas de carácter voluntario. Todas ellas afectan al tipo de información alimentaria que se debe ofrecer a los consumidores. Y también a la manera y forma de hacerlo.

Además, se define de manera clara qué sustancias o productos que causan alergias o intolerancias presentes en los alimentos deben ser comunicados por los operadores de empresa alimentaria.

Resulta fundamental para que los consumidores estén informados de manera clara, adecuada y concreta. Se tiene en cuenta la heterogeneicidad de la población en cuanto a necesidades nutricionales se refiere y al porcentaje que presenta algún tipo de reacción adversa (alergias e intolerancias alimentarias) frente a algunos alimentos y/o sus ingredientes.

Un etiquetado correcto trasciende más allá de lo meramente comercial y de marketing. Se trata un elemento clave para la salud de los consumidores.

Etiquetado voluntario adicional sobre alérgenos

El punto del etiquetado voluntario adicional en materia de alérgenos puede interpretarse como un “Etiquetado preventivo” o “Etiquetado  defensivo”.

En este curso de seguridad alimentaria veremos que la industria alimentaria hace uso del mismo a modo de salvoconducto en el caso de hipotéticas reacciones alérgicas en determinados consumidores. De esta forma, se eluden las posibles consecuencias económicas y/o penales que pudieran aplicárseles.

Las trazas son restos muy pequeños de una determinada sustancia que no forma parte del listado de ingredientes. Es decir, el fabricante no la ha añadido a conciencia, sino que ha llegado allí de forma accidental.

Mostramos en este especialista en seguridad alimentaria que las trazas son cantidades muy pequeñas. En este sentido, las trazas de posibles alérgenos derivados de puntuales contaminaciones cruzadas no encuentran un marco legal específico que las regule.

De momento, la legislación solamente regula en este punto el contenido en gluten. Lo hace a través del Reglamento de ejecución (UE) 828/2014 relativo a los requisitos para la transmisión de información a los consumidores sobre la ausencia o la presencia reducida de gluten en los alimentos. Veremos que las cantidades que se especifican pueden darnos una idea de las cantidades que manejamos cuando hablamos de trazas.

De esta manera, para que un alimento pueda etiquetarse como "libre de gluten", este debe estar en cantidades inferiores a 10 mg/kg. Y para que se puedan etiquetar como "contenido muy reducido en gluten" la cantidad debe ser inferior a 20 mg/kg.