La formación en comercio exterior permite planificar, desarrollar y coordinar las acciones internacionales de acuerdo a una estrategia de internacionalización definida, abriendo caminos más allá de las fronteras que, a priori, parecían inviables por las dificultades operativas que implicaban.
Ante un mundo cada vez más globalizado, el desarrollo del comercio exterior y las actividades internacionales se han convertido para las empresas en nuevas oportunidades de negocio. Con nuestra formación en comercio exterior obtendrás los conocimientos y competencias necesarios para desarrollar las estrategias de negocio internacional, exportación e internacionalización de empresas.
Formación en Comercio Exterior e Internacionalización
Globalización y Comercio Exterior
La economía mundial se encuentra en un momento de profundos cambios y dinamismo. Este proceso es conocido como globalización. Es el triunfo del mercado sobre la economía planificada. Los procesos de integración económica o la aparición de nuevos países industrializados suponen un nuevo escenario para las empresas.
El comercio exterior ha asumido una importancia hasta ahora desconocida para la sociedad. En décadas pasadas el comercio se había llevado a cabo a nivel internacional. Sin embargo, la repercusión de este sobre las naciones, empresas o individuos nunca había tenido la amplitud y simultaneidad que tiene en la actualidad.
La globalización es una tendencia natural por parte de las actividades económicas hacia una mayor apertura e integración. Las naciones más globalizadas han disfrutado de tasas de crecimiento económico hasta de un 50% más alto que aquellas que se han integrado a la economía mundial con mayor lentitud.
La globalización tiene consecuencias en el comercio exterior. Algunas de ellas son las siguientes:
- La estandarización de los productos y la homogeneización de los gustos de los consumidores y de las demandas nacionales.
- La tendencia hacia la integración de procesos y actividades a escala global para obtener ventajas competitivas.
Este nuevo escenario convierte prácticamente en un mercado global donde poder ofrecer nuestros productos y poder desarrollar la actividad comercial.
Adquirir Ventajas Competitivas
La intención de las empresas al realizar esta acción de internacionalización es la adquisición de ventajas frente a la competencia. Esta ventaja competitiva puede estar dada por diversos factores.
Entre las ventajas específicas se puede encontrar el control de la tecnología, capacidad de gestión, gestión de marketing, etc. Como elementos distintivos y que otorgan una ventaja de la organización frente a otras empresas de un tercer país y que, por ende, puede explotar con su salida a este.
Los factores externos pueden estar dados por la debilidad de las empresas ubicadas en un tercer país. Por ejemplo, por problemas de gestión, recursos financieros, de tecnología u otros que hacen atractivo la incursión de la empresa en el mercado de ese tercer país.
Hoy en día son pocas las empresas que tienen límites para lanzarse al mercado internacional. Sin embargo, son pocos los profesionales que están formados en comercio exterior.
Los expertos en comercio exterior son los responsables de liderar la internacionalización de las organizaciones. Son capaces de entender la complejidad de realizar negocios con otros países. Así como, de conocer todas las barreras o restricciones que experimentan los mercados internacionales.
Importancia de conocer las barreras del comercio exterior
Existe una tendencia generalizada a considerar el libre comercio de bienes y servicios como algo positivo para las partes que en él intervienen. Así como, para las economías en que estas partes se encuadran. Sin embargo, existen barreras de distintos tipos al libre comercio.
Por ello, es muy importante tener conocimientos sobre las barreras técnicas del comercio exterior. Así como, de los instrumentos articulados para prevenir que la restricción al comercio sea excesiva y no esté suficientemente justificada.
Una de esas barreras la constituyen las políticas comerciales de algunos países o regiones. Por ejemplo, en la Unión Europea se establecen determinadas cargas para el comercio internacional, restringiendo el libre comercio.
Por otro lado, existen barreras arancelarias, que imponen impuestos sobre ciertos artículos importados. Al encarecerse se introduce una discriminación en contra de esos productos con respecto a productos idénticos o similares fabricados en el país que impone el arancel.
Se pueden imponer también restricciones cuantitativas al comercio, como cuotas o contingentes. Estas fijan el volumen máximo de unidades que se pueden importar. También pueden fijar restricciones voluntarias a la exportación, que se diferencian de las cuotas en que estas son negociadas.
Por último, las barreras no arancelarias más importantes que se imponen son las barreras técnicas y las barreras sanitarias. Se trata de disposiciones que tienen como objetivo garantizar la calidad de los productos. Todo ello, ante la preocupación por la defensa y protección de los consumidores, la salud pública o el medio ambiente.
En general, este tipo de medidas están bien aceptadas por la opinión pública. Su finalidad es proteger a los ciudadanos de potenciales riesgos y peligros. Por tanto, hay que abordarlos con cautela. Y el motivo para ello es que según como se utilicen pueden suponer una importante limitación del libre comercio.