hábitos saludables

Incorpora hábitos saludables en tu trabajo

¿Desayunas todos los días? ¿Realizas ejercicio habitualmente? ¿Organizas tu jornada laboral? ¿Duermes ocho horas? Si tus respuestas sitúan la balanza hacia el lado del “no”, careces de unos hábitos saludables y eso puede ser peligroso.

Tus rutinas diarias dentro y fuera del trabajo pueden afectar a tu rendimiento. Y lo más grave, a tu salud. Aunque suene repetitivo, la alimentación, el sueño o el ejercicio son básicos en nuestro día a día. ¿Pero cuántos pueden presumir de cumplir con estos hábitos?

Dado que pasamos gran parte del día en nuestro trabajo, ¿por qué no incorporar algunos hábitos saludables también al entorno laboral?

Hábitos saludables: ¿qué son?

Para empezar, la Real Academia Española (RAE) define un hábito como un “modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas”.

Es decir, se trata de aquellas acciones que repetimos de forma continua o instintiva. Por ejemplo, lavarse los dientes después de una comida. Esta rutina la adquirimos desde la infancia y al realizarla una y otra vez se convierte en un hábito.

Por otra parte, cuando hablamos de algo saludable nos referimos a que es bueno para la salud, que actúa en su beneficio.

Por lo tanto, los hábitos saludables son aquellas acciones que realizamos de forma repetida y son beneficiosas para nuestro bienestar.

Los hábitos saludables en el entorno laboral

¿Es posible llevar una vida sana desde tu puesto de trabajo? ¡Por supuesto que sí! A continuación te dejamos algunos tips que deberías tener muy presentes antes, durante y después de tu jornada laboral. ¿Preparado/a?

Alimentación

A menudo pasamos muchas horas fuera de casa, pero eso no significa que tengamos que descuidar nuestra alimentación. En primer lugar, antes de llegar a nuestra empresa es imprescindible que hayamos realizado un desayuno completo.

La primera comida del día es fundamental para tener energías suficientes para llevar a cabo nuestro desempeño. Sabemos que a veces el tiempo juega en nuestra contra, y dormir cinco minutitos más es muy tentador, pero…¡no te saltes el desayuno!

Por otra parte, recuerda que debemos realizar cinco comidas diarias. Así que aprovecha la pausa del almuerzo o la merienda para tomar un tentempié. ¡Pero nada de comida basura! Prepárate algo en casa: una pieza de fruta, un sándwich, frutos secos,…

Finalmente, algunos de vosotros puede que comáis en la empresa. Así que atención: organiza las comidas semanalmente. No improvises sobre la marcha porque acabarás malcomiendo.

La comida nos aporta energía para realizar nuestras actividades, pero también nos debe aportar un momento de relajación y bienestar. Por lo tanto, cuídala. En este sentido, algunas empresas tienen un compromiso real con la salud de sus trabajadores y ofrecen alimentación saludable dentro de la organización.

Por ejemplo, fruta disponible en cualquier momento, bonos para el restaurante, menús sanos,…

Hidratación

Este tema es análogo a la alimentación. Se trata de dos cuestiones evidentes, pero que muchas veces descuidamos. ¿Cuántas veces te ha ocurrido que al final de la jornada no has bebido ni una gota de agua?

Dependiendo del puesto que ocupes tu cuerpo puede pedir mayor o menor cantidad de agua. Pero recuerda beber al menos dos litros diarios. Aunque no tengas ganas tu cuerpo lo agradecerá. Podrás evitar malestares físicos como mareos o dolores de cabeza.

Horas de descanso
Uno de los hábitos saludables más importantes y al que le damos poca importancia normalmente es al descanso, lo primordial de descansar 8 horas.


Actividad en el lugar de trabajo

Antes de llegar al trabajo podemos optar por rutinas como ir caminando o utilizar una bicicleta, siempre que sea posible. Aprovecha también si tu empresa tiene instalaciones deportivas o te ofrece bonos descuentos.

¿Y qué hago en mi puesto? Si tu trabajo consiste en estar sentado/a ocho horas trata de cambiar de postura durante la jornada. Realiza algún paseo para ir al baño o a hablar con los compañeros. También puedes optar por las escaleras en vez del ascensor.

Si tu trabajo requiere movimiento, este punto lo cumples a la perfección. Aunque los estiramientos nunca están de más para liberar tensiones. ¡Pruébalo!

Descanso(s)

Dormir por la noche ocho horas es una utopía para muchos, pero debería ser una práctica rutinaria para todos. Pero más allá de esto, es necesario descansar también en el trabajo. Las pausas son claves para mejorar el rendimiento.

Además, los profesionales que pasan muchas horas delante de una pantalla deben descansar la vista. Asimismo, aquellos que trabajan de pie deberían sentarse para aliviar la tensión de las piernas, por ejemplo.

Organización

¿Y esto entra dentro de los hábitos saludables? Por supuesto que sí. La planificación nos permite saber qué debemos realizar en cada momento, cuánto tiempo tenemos y cómo llevarlo a cabo. De esta forma, se evitan las situaciones de estrés o agobio.

Esto también es crucial para aquellas personas que alargan la jornada laboral más allá de su término oficial. En ocasiones por imprevistos pero en otras por una mala organización. ¡Llega a casa a tu hora!

¡En casa y en el trabajo apuesta por los hábitos saludables! Y si eres una empresa, trabaja esta cuestión dentro de la organización. Tus trabajadores se sentirán mejor e incrementarán su rendimiento.

¡Compruébalo tú mismo!