Entendemos la figura del hacker como la persona que se encarga de destruir sistemas y robar información. Así como hacer otros usos informáticos ilegales. No obstante, además de esos tipos de hackers, también están otras figuras como el hacker ético. Esta es la persona que se encarga de la seguridad de una empresa o institución. Es decir, sería el antagonista del hacker malvado y su misión sería la de velar por los intereses de la institución a la que pertenece.
¿Qué es un hacking ético?
Para entender mejor esta realidad, también debemos mencionar al resto de piratas informáticos, pues dentro de la seguridad cibernética hay tres clases de piratas: de sombrero negro, gris o blanco. Los primeros piratean por razones de egoísmo, como robar dinero, venganza o para causar algún daño. Los piratas de sombrero blanco son aquellos que entrarían dentro del campo de la mejora de la seguridad. Estos buscan agujeros en ella e informan a las víctimas para que estén al tanto de que sus datos más relevantes están al alcance de un hacker con menos escrúpulos. Y los piratas de sombrero gris se ubican a medio camino, llevando a cabo operaciones que pueden ser cuestionables moralmente hablando. Por ejemplo, el pirateo de grupos ideológicamente opuestos o para lanzar protestas de otros hackers. Esto sería el antagonismo del hacking ético.
Los que practican el cifrado cibernético de una forma más moral son personas que pertenecen a las empresas o a los grupos institucionales, buscando que sus datos estén más seguros. De hecho, aquí el valor reside es que los hackers éticos saben cómo pueden actuar los piratas. Eso les da una ligera ventaja para prevenir los ataques. Otra forma que nos permite identificar a estos hackers es cuando son requeridos por organismos para la recopilación de «recompensas de errores’». Es decir, las grandes empresas de datos ofrecen una recompensa a los investigadores o hackers que descubren agujeros en su sistema de seguridad. Así también están prevenidos ante los piratas. Por ejemplo, Google, Facebook o Microsoft cuentan con estas figuras para evitar que los hackers negros les roben dinero o datos, que son sus mayores activos.
Funcionamiento del hacking ético
El proceso consta de varias etapas y todas ellas deben llevarse a cabo con información entre los departamentos. De esta forma se asegura que la auditoría se realiza de la mejor manera y los resultados serán transparentes. Por consiguiente, esto nos permitirá tomar las medidas oportunas. Así, los pasos son los siguientes:
- Acuerdo de auditoría: es la elaboración de un documento para reflejar el alcance de la auditoría y las pruebas que se van a realizar, formalizando un contrato como tal.
- Recopilación de la información: aquí se recaba toda la información sobre empleados y de todo lo relativo a la empresa para que el hacking sea adecuado.
- Modelado de amenazas: con la información obtenida se define la importancia de los activos de la empresa. Así se determinan las posibles amenazas.
- Análisis de la vulnerabilidad: en relación, se buscan puertos y servicios para localizar posibles zonas vulnerables.
- Explotación: aquí se confirma si hay vulnerabilidades y riesgos.
- Post-explotación: el auditor recopila las pruebas y valora el impacto de esta explotación en la empresa para ver hasta dónde pueden llegar aquellos hackers que quieran atentar contra la compañía.
- Reporte: el auditor reporta un informe con las vulnerabilidades detectadas, cómo pueden ser explotadas y lo que hay que hacer para corregirlas o mitigarlas.
Beneficios del hacking ético
En relación con las funciones, el informe de las mismas permite que la empresa pueda tener un mejor concepto acerca de su seguridad en la red. De este modo, puede optar por hacer uno o más reportes para confirmar si los riesgos son los mismos o si varían con diferentes informes. No obstante, independientemente del número de reportes que se realizan, se concluyen con unas acciones que deben ser realizadas. Por tanto, los beneficios de un hacking ético son los siguientes:
- Adelanto a los posibles ataques: quizás sea el punto más determinante, pues con estos informes se consiguen detectar las vulnerabilidades y hacer lo posible para frenar un ataque cibernético en un futuro.
- Concienciación a los profesionales de la compañía: hoy en día la seguridad cibernética es fundamental y tener conocimiento de ello es básico, de ahí que muchas empresas ya han tomado conciencia con departamentos exclusivos para proteger sus sistemas informáticos.
- Mejora de los procesos de seguridad: estos informes también permiten ver las debilidades y lo que hay que mejorar. Ppor ejemplo, la actualización del software. De esta manera, las empresas tienen una mayor seguridad a la hora de establecer relaciones comerciales, sabiendo que sus sistemas están mejor protegidos y que no será fácil acceder a los mismos con fines moralmente reprochables.
Con todo, el hacking ético resulta fundamental para las empresas, ya que, como hemos visto, les permite evitar posibles ataques de un hacker malicioso.