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La evolución del Marketing Mix

Marketing Mix, Inbound Marketing, Benchmarketing,… ¿sabrías diferenciarlos? Todos ellos derivan del concepto Marketing. Entendido como el conjunto de técnicas y acciones que se llevan a cabo para mejorar la venta de un producto o servicio. Por esta razón, estos tres términos tienen el mismo objetivo.

Con la evolución de las tecnologías, esta disciplina cobra mayor importancia. Y sobre todo, requiere una trasformación para adaptarse a los nuevos tiempos. Es entonces cuando nacen estas variables.

La primera de ellas, y a la que vamos a dedicar estas líneas, es la que ese encuentra más ligada a la idea tradicional del Marketing. Se trata de uno de sus elementos básicos. Además, su cometido es estudiar las cuatro partes que conforman esta área. Sin embargo, la clave está en cómo ha reformulado las estrategias para responder a las necesidades actuales.

En definitiva, el Marketing Mix es el análisis interno que realizan las empresas en torno a las cuatro variables básicas: producto, precio, distribución y promoción.

Las 4P’s del Marketing Mix

La comercialización de un producto requiere realizar estudios sobre las diferentes variables. Es probable que muchas empresas piensen que su producto es de excelente calidad. Sin embargo, si no han prestado atención a la distribución, esto generará una mala experiencia en el cliente.

De este modo, las organizaciones deberían prestar gran atención en las estrategias de Marketing. Gran parte de su éxito depende de ellas.

Product – Producto

El producto es probablemente la variable más importante, sin ella no hay nada que comercializar. Entonces, podemos hablar de él como el artículo (o servicio) creado para satisfacer unas necesidades concretas.

Una de las cuestiones básicas es determinar que la necesidad existe en el mercado. Así como averiguar cuál es el público objetivo del bien o servicio ofertado. Para que ambos aspectos se satisfagan correctamente, se requiere una investigación exhaustiva sobre el ciclo de vida del producto.

La empresa debe conocer cómo va a evolucionar su producto. De este modo, podrá anticiparse a su declive y reinventarlo. Asimismo, en la estrategia enfocada al producto debe tenerse en cuenta toda la línea de productos, sus características o ventajas.

En este punto, tanto la empresa como los vendedores directos deberían preguntarse qué pueden hacer para ser mejores que la competencia. Aportar un distintivo del resto es imprescindible para adquirir un mayor valor.

Algunas cuestiones del core product que también deberían tenerse en cuenta, y que pueden mejorar la experiencia, pueden ser:

Price – Precio

El precio es el valor monetario del bien o servicio que ofrecemos. A través de esta variable la empresa obtiene beneficios. Para fijar el coste del producto debemos preguntarnos, por ejemplo:

  • ¿Cuánto costó producirlo?
  • ¿Cuál es el precio de los competidores?
  • ¿Qué valor otorga el consumidor a nuestro cliente?
  • ¿Disminuir el precio puede favorecer la venta?

Fijar el precio de forma adecuada puede suponer el éxito o el fracaso de la empresa. Si este no se ajusta al mercado, nuestros beneficios serán nulos o muy limitados. Y, en consecuencia, la supervivencia de la organización estará en juego. Por esta razón, la cuestión del precio debe aparecer en el plan de marketing de la compañía.

Para determinar el valor del producto, como hemos dicho, tenemos que tener en cuenta múltiples factores. Sin embargo, destaca la percepción que tiene el consumidor:

  • Precios altos: puede que si tu negocio es nuevo, los clientes sean reticentes a pagar una gran cantidad por un producto que no conocen. Sin embargo, puede ser reflejo de la calidad del bien o servicio que ofrecemos y esto ayuda a reforzar la imagen.
  • Precios bajos: aunque pueden llamar más la atención de los usuarios, pueden transmitir la idea de mala calidad.

En conclusión, fijar el precio es un tema de gran importancia. La empresa debe alcanzar un equilibrio para que el cliente muestre interés sin caer en prejuicios.

Place – Distribución 

La distribución es el proceso por el cual el producto se desplaza a lo largo de su creación hasta llegar al consumidor. En este apartado entran en juego el almacenaje, los puntos de venta, los canales de distribución,…

Las organizaciones deben llevar un control de los inventarios para asegurar la disponibilidad. Dependiendo de la tipología del negocio, esta variable tendrá mayor o menor peso. Es decir, si por ejemplo, recurrimos al dropshipping otra organización se encargará de la distribución. Sin embargo, será distinto en una tienda física.

Promotion – Promoción

Al hablar de promoción nos referimos a los modos de comunicación utilizados para dar a conocer el producto. La publicidad es uno de los recursos que utilizamos para llamar la atención y persuadir a los clientes potenciales. Una buena estrategia publicitaria facilitará el reconocimiento de la marca y, en última instancia, las ventas.

Tradicionalmente, las marcas recurrían a anuncios en los medios de comunicación tradicionales. Sin embargo, la irrupción de Internet ha supuesto la renovación de los formatos y los canales publicitarios.

Por esta razón, antes de iniciar una campaña publicitaria debemos tener en cuenta qué queremos logar con ella y a quién va dirigida. De este modo, podremos adaptar el mensaje y el canal para que resulte eficaz.

El Marketing Mix es el análisis interno que realizan las empresas en torno a las cuatro variables básicas: producto, precio, distribución y promoción.

Evolución del Marketing Mix: las 7P’s

El Marketing Mix surge en la década de los 50. Esta primera versión englobaba 12 variables para mejorar las decisiones de cara a la comercialización. Finalmente, los expertos redujeron el modelo a las 4P.

Sin embargo, la evolución de la industria hizo que se incluyesen tres variables más. Así, este modelo se adapta mejor a las empresas de servicios y entornos intensivos del conocimiento.

El primer nuevo elemento son las personas. El principal objetivo de las ventas es llegar a una persona. La experiencia del usuario es vital para conseguir que se culmine el proceso de comercialización.

Es entonces cuando entra en juego el trato personalizado, con mensajes adaptados y productos diseñados para un perfil muy concreto.

Otra de las variables son los procesos. Es decir, la atención al cliente. Se trata de comunicación directa. Los social media han facilitado las relaciones marca-cliente. También destacan las llamadas de teléfono o la información en el punto de venta.

Por último, el posicionamiento se convierte en una variable de plena actualidad. Si este es favorable, la empresa dispondrá de una reputación alta. Y, en consecuencia, los clientes confiarán en sus productos.

Las variables continúan creciendo, ya que el entorno comercial es cada vez más competitivo. Por ello, cuantos más elementos analice la compañía, más se acercará a la satisfacción del cliente.

Puede que el precursor del Marketing Mix no estuviese tan desacertado al plantear 12 variables. ¿Vosotros qué pensáis?