¿Te suena el término “lifelong learning”? Puede que no conozcas este concepto, pero probablemente lo estés llevando a cabo en tu día a día. Traducido al castellano significa formación continua durante toda la vida. Por lo tanto, esto es mucho más que una tendencia, se ha convertido en una necesidad en el mundo laboral. ¿Quieres sabes más?
Hace algunos años, empezar a trabajar te desligaba completamente del mundo académico. Se presuponía que ya contabas con todos los conocimientos y habilidades necesarias para el desempeño profesional. Sin embargo, la evolución constante de la sociedad ha obligado a todos los sectores a mantenerse actualizados.
Por lo tanto, aprender día a día permite conocer los cambios y adaptarse a las nuevas necesidades. En otras palabras, renunciar a este proceso formativo significa poner en jaque la supervivencia de las empresas y sus trabajadores.
¿En qué consiste el lifelong learning?
El lifelong learning es el proceso de aprendizaje continuo durante toda la vida. A diferencia de la enseñanza obligatoria, esta es voluntaria y electiva. Por lo tanto, nos permite escoger aquellas áreas de nuestro interés para seguir cualificándonos en ellas. En consecuencia, podremos aportar el máximo valor a nuestra vida personal y profesional.
Ciertamente, el objetivo del aprendizaje a lo largo de la vida es la mejora personal continua. Es decir, la adquisición de conocimientos y habilidades que motiven al estudiante y le ayuden a lograr sus objetivos.
Tipologías del aprendizaje continuo
En base a lo anterior, podemos encontrar seis tipos de lifelong learning teniendo en cuenta diferentes aspectos como dónde se imparten o su rigor. A continuación explicamos en qué consiste cada una de ellas:
- Formal: se trata de estudios presenciales o virtuales impartidos por instituciones acreditadas. Su programa está definido previamente y hay pruebas de control para determinar la evolución. Por ejemplo pueden ser estudios universitarios.
- Autodirigido: en este caso hablamos de programas académicos en el que el alumno tiene el control de su evolución. Es decir, no son formaciones rígidas y el estudiante puede empezar y acabar en base a sus necesidades. Por ejemplo, se trata de talleres, cursos online, tutoriales,..
- Personal: se realiza en el plano personal, es decir, fuera del trabajo o las instituciones académicas. Sobre todo, se realiza por el placer de aprender sobre algo que gusta, no hay pretensiones de mejora o una obligación. Pueden ser a través de medios formales o informales.
- Profesional: tiene que ver con el desarrollo profesional. En resumen, nos entrenamos para ser mejores en nuestro puesto y seguir aportando valor.
- Indirecto: hace referencia al conocimiento que adquirimos de situaciones o experiencias cotidianas como un debate o las relaciones interpersonales. Sobre todo, es un aprendizaje relacionado con las soft skills.
- Informal: este aprendizaje es totalmente libre, puede estar relacionado con ser autodidacta. Las personas pueden formarse con tutoriales, prueba-error,…o cualquier forma que deseen que no esté reglada.
Ventajas del lifelong learning en el ámbito laboral
Cada vez son más empresas las que exigen a los trabajadores estar actualizados en todo momento. Por este motivo, las personas que adquieren hábitos enfocados al estudio continuo pueden disfrutar de ventajas como las siguientes:
- Mayor rendimiento: saber cómo actuar permite un mejor desempeño y da lugar a la creatividad y la innovación.
- Posibilidades de crecimiento: facilita la construcción de un perfil profesional atractivo para las empresas.
- Adaptación a los cambios: conocer las tenencias y necesidades ayuda a responder de forma rápida y no quedare obsoleto.
- Incremento del compromiso: sentirte satisfecho y valorado en tu desempeño ayudará ser más fiel.
Pero además, las compañías se benefician de los trabajadores que apuestan por el lifelong learning. Por ejemplo, retienen talento, mejora de la imagen de marca y reputación corporativa, incremento de la competitividad.
Incentivando la formación continua desde las empresas
Si el lifelong learning es tan positivo para las empresas…¿por qué no incentivarlo desde dentro? Las organizaciones se han dado cuenta de todos los beneficios que reporta tener empleados bien cualificados y cada vez más incentivan la capacitación desde dentro. Te dejamos algunos consejos para conseguir la máxima eficacia:
- Diseñar un plan formativo adecuado a las necesidades de la compañía.
- Incentivar la máxima accesibilidad a la formación.
- Establecer sistemas de evaluación continua.
- Utilizar materiales rigurosos.
Además, aprovéchate de la formación bonificada para empresas. Podrás ofrecer estudios como cursos, postgrados o especializaciones a tus trabajadores en el Régimen General de la Seguridad Social.
¡Empieza ya mismo!