Solicitar un préstamo puede ser una tarea tortuosa. Trámites, trámites y más trámites. ¿Y lo peor? Un lenguaje lleno de tecnicismos fuera del alcance de las personas de a pie: comisiones, TIN, TAE,…los productos financieros son complejos. Por ello, vamos a tratar de aclarar todos estos conceptos para aumentar su seguridad cuando visites una entidad bancaria.
Para empezar, un préstamo bancario es una cantidad monetaria que una entidad concreta da a una persona o empresa y que esta debe devolver atendiendo a las condiciones acordadas. Estas pueden ser temporales cuando se fija el plazo de devolución; en cuestiones de intereses, hablando del beneficio que recibe el banco por esta acción,…
Este tipo de productos financieros son muy demandados por la sociedad. Por ejemplo, para adquirir una vivienda o emprender un negocio. El banco nos ofrece los recursos suficientes para poder realizar estas acciones, las cuales serían imposibles si no existiesen estos servicios.
No obstante, aunque no se trata de una cuestión novedosa o reciente, aún seguimos teniendo dificultades para comprender ciertos conceptos relacionados con la banca y los préstamos.
Conceptos bancarios: comisiones e intereses
En primer lugar, las comisiones son el precio que las entidades bancarias cobran por la realización de sus servicios. Por ejemplo, el mantenimiento de una tarjeta de crédito o la apertura de una cuenta. Estas son variables en función de la empresa y del propio cliente.
Mientras que los intereses son el dinero que el banco obtiene por ceder una cantidad monetaria durante un determinado tiempo. Las cuentas de los clientes también generan intereses según la tipología del servicio contratado. Es decir, en este caso, es el banco quién paga al cliente por tener su dinero ahí.
¿Qué es el TAE? ¿Y el TIN?
Seguro que más de una vez has visto un anuncio en televisión que mencionaba el % de TAE de un préstamo. Estas siglas hacen referencia a la Tasa Anual Equivalente o Tasa Anual Efectiva. En otras palabras, la fórmula matemática utilizada para calcular el interés nominal, las comisiones y el plazo de la operación.
El TAE se puede aplicar tanto en productos financieros de ahorro como en los mencionados préstamos hipotecarios. También en los créditos al consumo.
Esta operación sirve para que el cliente sepa de forma orientativa el coste real de la operación en el periodo de un año. Siempre y cuándo hablemos de préstamos de interés fijo. Fue un avance para los clientes ya que hasta la década de los 90 solo se aplicaba el TIN.
El TIN es el Tipo de Interés Nominal. Aunque este cálculo tiene cierta relevancia, deja fuera conceptos importantes para el cliente. Por lo tanto, el TAE incluyó las comisiones y el plazo de la operación para informar de la cantidad real de dinero que debía devolverse al banco.
Más sobre el TAE
¿Sabes diferenciar entre qué es el TAE legal y el real? ¡Ten cuidado con esto para evitar sustos! El primero hace referencia a las obligaciones que dicta la normativa actual para informar a los clientes a la hora de contratar el servicio y en la publicidad.
Sin embargo, esta normativa define una serie de conceptos que deben incluirse dentro de la Tasa Anual Equivalente, pero se excluyen algunos. En este momento, es habitual que no se engloben dentro de esta tasa algunos costes como los gastos de la notaria o costes de la contratación de otros productos como los seguros. Tampoco se mencionan las comisiones derivadas del incumplimiento de las obligaciones de pago.
Por lo tanto, antes de contratar un producto financiero asegúrate con certeza de cuál es el TAE. Pero también solicita información por los costes de los extras que pueden modificar el cálculo inicial. Y sobre todo, asesórate de profesionales, no te dejes llevar por la ilusión del momento.