¿Te has preguntado alguna vez qué es la oratoria? ¿Es solo hablar a otras personas? ¿Requiere técnicas especializadas? Aunque el concepto suena a la antigua Grecia y sus filósofos más célebres, esta acción continúa siendo fundamental en el presente tanto para la vida personal como profesional.
La oratoria es el arte de comunicar de manera clara ante un público. Históricamente, existía un perfil profesional que se encargaba de redactar textos para los líderes políticos. Es decir, era el medio para conseguir prestigio ante los tribunales.
En la actualidad, seguimos utilizándola en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, no todo el mundo cuenta con las facultades necesarias para expresarse con elocuencia ante el público.
En el plano profesional, la fluidez en el discurso es crucial para convencer a los clientes, por ejemplo. No se trata solo de tener capacidad para expresar nuestras ideas, sino que es necesario hilarlas y contarlas de la forma adecuada.
La oratoria en los negocios
La oratoria no está pasada de moda, simplemente ha tomado un nuevo rumbo atendiendo al paradigma actual. Los grandes líderes empresariales como Steve Jobs o Elon Musk han utilizado el discurso como herramienta para promocionar su negocio.
Es ahí donde esta disciplina continua funcionado como un instrumento para lograr el fin. En el pasado los oradores deseaban aumentar su reputación, su fama y su prestigio; mientras que ahora sirve para persuadir a los consumidores para que realicen una acción concreta.
Es evidente que no todo el mundo nace con grandes dotes para la comunicación. Sin embargo, afortunadamente esta habilidad puede entrenarse y mejorarse. Por lo tanto, ahora que las grandes empresas se han dado cuenta de las ventajas que ofrece la retórica en los negocios, muchas de ellas han comenzado a formar a sus directivos y altos ejecutivos.
¿Cómo afecta Internet a la oratoria?
Internet ha revolucionado todos los ámbitos, también el de la comunicación. Ahora cualquier persona puede lanzar su mensaje a miles de personas. Las redes sociales y las plataformas de streaming son el trampolín hacia el público. Sin embargo, poder expresarse sin límite no es garantía de éxito.
Las empresas pueden aprovechar las tecnologías de la red para lanzar su mensaje. Aunque es cierto que Internet ha propiciado que también haya mayor competencia. Por este motivo, es necesario que las empresas inviertan en diferenciación. La oratoria es la herramienta que puede aportar valor a una organización sin requerir una gran inversión.
Por lo tanto, una buena formación puede ser determinante para lograr que el discurso cale en el público, que confíe en la marca y que redunde en las ventas. La expresión oral puede ser el impulso que necesitan las empresas en plena Era Digital.
Tipos de oratoria: el discurso según su finalidad
La oratoria puede clasificarse en función de su finalidad. De este modo, pueden tenerse en cuenta los aspectos que deben desarrollarse, la forma del discurso, etc. Las principales categorías son las siguientes:
- Social: es la forma más general, sucede cuando una persona realiza un discurso en una ceremonia cualquiera.
- Pedagógica: es aquella donde se transmiten conocimientos, su objetivo es enseñar algo.
- Forense: se utiliza en juicios y tribunales para exponer los informes.
- Persuasiva: es frecuente en el ámbito político. El fin de este tipología es exponer y debatir las ideas con el fin de hacer cambiar de opinión al público.
- Religiosa: basándose en los libros sagrados expone sermones a los fieles.
- Management speaking: es la forma en la que los empresarios transmiten su mensaje a trabajadores, clientes y otros agentes relacionados con el negocio.
Errores que perjudican al discurso oral
El arte de la oratoria requiere, como hemos dicho, un entrenamiento para lograr que el discurso sea perfecto y alcance su objetivo. Sin embargo, existe una larguísima lista de errores que todos cometemos cuando nos enfrentamos al público.
En primer lugar, relájate, confía en ti y prepara el discurso. Después solo tendrás que trabajar para no caer en estos pequeños fallos que pueden empañar la intervención:
- Comenzar a desarrollar en tema sin presentarnos.
- No mantener una postura corporal adecuada.
- Empezar confesando que no estamos cómodos o nos sentimos inseguros.
- Desviar la mirada continuamente del público.
- Utilizar un tono de voz inadecuado.
- No controlar la comunicación no verbal.
- Leer el discurso.
Estos son solo algunos ejemplos que pueden causar un efecto contrario al que deseamos. Por lo tanto, ahora que sabes que la oratoria también es parte de la estrategia empresarial, ¿qué vas a hacer para mejorarla?