Una incubadora de empresas es una organización diseñada con el objetivo de ayudar a crear empresas jóvenes y apoyar a los emprendedores en cuanto a las cuestiones técnicas y financieras. Las empresas sobreviven bien hasta el segundo año de vida debido al capital inicial. Sin embargo, la tasa de disolución comienza a crecer a partir de ese momento.
Por este motivo, la incubadora de empresas asesora a los emprendedores para evaluar sus ideas y orientarles para la consolidación del negocio. De esta forma, aquellas personas que se lanzan al emprendimiento por primera vez lo hacen de la mano de profesionales y con recursos para su actividad.
Esto se traduce en una mayor tasa de supervivencia y consolidación con el paso de los años. Hay que tener presente siempre que una buena idea mal gestionada acabará fracasando. Por ello, es importante realizar un trabajo exhaustivo de investigación, planificación y seguimiento de las actuaciones.
¿Cómo funciona una incubadora de empresas?
Podemos encontrar este tipo de proyectos organizativos en todo el mundo. Sin embargo, son limitados, por lo que no pueden aceptar todas las propuestas que llegan hasta ellos. En este sentido, los equipos que gestionan las incubadoras se encargan de realizar una selección de aquellos que tienen mayor proyección con vistas al futuro.
Algunos de los criterios que se establecen para la selección pueden ser lo siguientes: viabilidad técnica, sector de actividad, adaptación de los objetivos,…Cuando la propuesta ha superado esta fase de selección, se pone en marcha el proyecto que puede tener una duración variable. No obstante, se divide en tres etapas bien diferenciadas: pre-incubación, incubación y post-incubación.
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Etapas dentro de una incubadora de empresas
Como hemos mencionado, existen tres etapas desde que se acepta un proyecto hasta que este comienza a “volar” solo fuera de la incubadora de empresas. Durante estas fases se trata de formar un negocio sólido, capaz de sobrevivir y establecerse a largo plazo en el mercado.
Pre-incubación
Es la primera fase y, por tanto, la primera toma de contacto también. En este punto se analiza la idea de negocio y se idea un plan para el desarrollo del proyecto. Se trata de delimitar y afinar al máximo antes de poner la compañía en funcionamiento.
Por lo tanto, en este primer momento se crea u optimiza el plan de negocio. Asimismo, se toman decisiones claves como el modelo de negocio, se investiga el mercado,…para obtener la visión estratégica y después poner en marcha las acciones.
En cuanto a la duración de la fase pre-incubación suele oscilar los seis meses, aunque esto puede ser variable dependiendo de cada proyecto.
Incubación
La segunda fase dentro de una incubadora de empresas es la más prolongada en el tiempo, suele tener una duración de uno o dos años aproximadamente. Esto es así porque es la etapa donde se lleva a cabo el proyecto en sí. Es el momento de desarrollar el plan de negocio que se ha establecido previamente.
En la puesta en marcha, la incubadora de empresas supervisa y apoya las áreas que se han diseñado en el plan: recursos humanos, producción, marketing, publicidad, logística,…todo lo que sea necesario para realizar la actividad.
Durante esta fase, los emprendedores están acompañados en todas estas funciones, pero, además, reciben formación para capacitarlos en la gestión y dirección de su negocio. Por lo tanto, de esta forma no solo tienen apoyo durante el inicio del proyecto, sino que aprenden las directrices para cuando abandonen la incubadora.
Post-incubación
Finalmente, la etapa post-incubación se extenderá desde los seis meses a un año. Es el momento donde el negocio alcanza la madurez y se independiza de la incubadora de empresas. Es aquí donde salen literalmente del espacio donde se habían instalado para seguir el proyecto por su cuenta.
Por lo tanto, es una fase para sacar el máximo partido a las oportunidades y potenciar las fortalezas con ayuda de la incubadora. No obstante, aunque parece que la relación se acaba aquí, no es así. El servicio de asesoría seguirá por tiempo indefinido.
Por tanto, la esencia de la incubadora de empresas podría definirse perfectamente con una frase muy conocida por los amantes del fútbol, sobre todo, de la liga inglesa: “You never walk alone”, su traducción es “nunca caminarás solo”.
En definitiva, si este proceso se ha realizado correctamente, el negocio debería funcionar perfectamente durante un largo tiempo. No obstante, siempre contará con el apoyo de la incubadora.