El estrés laboral crónico es una patología más habitual de lo que pensamos. Esta afección se denomina síndrome del trabajador quemado y puede prevenirse.
La prevención es la pauta más efectiva contra el estrés en el trabajo. Sin embargo, en España, tan solo el 7% de las empresas pueden afrontar esta situación según la Sociedad Española de Asistencia Sociosanitaria (SEAS).
La legislación vigente ha quedado obsoleta. Y las empresas continúan desarrollando más la prevención de los riesgos físicos frente a los psicosociales.
El qué, cómo y por qué del síndrome del trabajador quemado
El síndrome del trabajador quemado es una patología que puede presentar síntomas físicos y psicológicos. El estrés continuado en el tiempo es el detonante de los problemas de salud. Pero, ¿por qué se produce esta enfermedad?
El estrés es una reacción natural ante un problema que no podemos solucionar o una situación que nos incomoda. Por lo tanto, es normal que podamos sufrirlo en momentos puntuales de nuestra jornada laboral.
Sin embargo, cuando esta situación se extiende durante el tiempo es porque algo está fallando. Existen distintos factores que pueden fomentar y aumentar la incidencia del también llamado síndrome Burnout.
Por ejemplo, algunas profesiones son más propensas a las situaciones de estrés. La mayoría de estudios sitúa a los puestos que deben tratar con público en el primer puesto. Estos empleos cuentan con una gran exposición social que puede elevar los nieles de estrés.
Por lo tanto, las profesiones más castigadas son: el sector de la salud, en general; profesores, trabajadores de atención al público, dependientes,…Aunque cualquier trabajador puede sufrirlo.
Principales causas del síndrome del trabajador quemado
El agotamiento crónico derivado del estrés puede estar causado por motivos muy variados. Los más frecuentes son los siguientes:
- Actividad monótona: realizar día tras día el mismo trabajo puede agotar al trabajador.
- Dificultades para conciliar: si existen grandes desigualdades en la vida laboral y personal, el empleado puede sentirse estresado.
- Aislamiento o falta de comunicación: si el empleado no se siente parte de la empresa o tiene dificultades para relacionarse sus sentimientos negativos aumentarán.
- Desinterés: si al trabajador no le gusta lo que hace o se siente incómodo en su puesto.
- Valores diferentes: cuando la empresa cree en una cosa y el trabajador en otra existe un conflicto de intereses, que a lo largo del tiempo puede desgastar.
Principales síntomas del síndrome de Burnout
Los síntomas de este síndrome son muchos y variados. Por ello, cada persona puede ser más o menos propensa a sufrirlos. Pero existen tres aspectos que son determinantes en la detección:
- Agotamiento físico y mental: puede reflejarse en la fatiga crónica, pérdida o aumento del apetito, dolores musculares. Mientras que en el plano psicológico el estrés y la ansiedad son los protagonistas.
- Despersonalización: en este sentido, el comportamiento del trabajador cambia. Muestra una actitud cínica e irritable en el trato con el resto de personas tanto del entorno laboral como personal.
- Desmotivación personal y profesional: la frustración y la falta de autoestima son dos síntomas del Burnout. Además, esto afecta a la productividad laboral. Lo que genera un círculo vicioso.
Prevención de los riesgos psicosociales
“Más vale prevenir que curar”, reza el dicho. Y es tan cierto como que cuidar a los trabajadores a la larga será beneficioso para todas las partes.
El bienestar de un empleado se refleja en su productividad. Si las condiciones de trabajo son agradables y dispone de los recursos necesarios, los resultados serán mejores.
Por esta razón, la prevención de los riesgos laborales es de vital importancia en todas las empresas. La mayoría de accidentes suceden por falta de formación por fallos humanos. Ayudando a conocer las normas, las herramientas y los procesos podrían minimizarse.
Pero no es solo cuestión de factores físicos. Los riesgos psicosociales como el síndrome del trabajador quemado suelen subestimarse. Prestar atención a los trabajadores y atender sus demandas puede ser el primer paso para evitar situaciones difíciles.
Además, contar con profesionales expertos en la prevención dotará de valor a la compañía. Mostrando su responsabilidad social corporativa con los miembros que la conforman.
Asimismo, ayudará a retener el talento dentro de la organización. Generando un buen clima en el entorno, aumentando la motivación y el compromiso.
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