La comunicación no siempre fluye del modo más correcto. A menudo podemos vernos inmersos en malentendidos o discusiones que acaban siendo perjudiciales para nuestras relaciones interpersonales. Siendo conscientes de esta posibilidad, conocer las técnicas asertivas puede ofrecernos una ventaja en nuestra forma de comunicarnos.
Además de las problemáticas derivadas de los malos entendidos, pueden producirnos problemas relacionados con la frustración u otros sentimientos negativos. Tanto en el trabajo como en la vida personal es clave contar con habilidades que nos permitan comunicarnos efectivamente.
No se trata, por tanto, únicamente de hacernos entender en la transmisión de nuestro mensaje. Sino trabajar nuestra protección ante conductas negativas y, por supuesto, a no dañar a los demás con nuestras interlocuciones.
Se trata de un esfuerzo que implica a toda la sociedad. El poder de una comunicación respetuosa y efectiva pasa por rehuir de las conductas agresivas o pasivas. Ninguna de estas dos contribuye al buen entendimiento y el respeto para todas las partes implicadas.
¿Cómo identificar a las personas asertivas?
La comunicación asertiva es aquella en la que las personas son capaces de expresar sus opiniones con respeto hacia los interlocutores. La claridad y la conducta tranquila son dos pilares para lograrla.
En definitiva, las personas asertivas se caracterizan por las siguientes cuestiones que enumeramos a continuación. Hay que tener en cuenta que no se trata únicamente de nuestras palabras, también incluye la comunicación no verbal.
- Mirar al interlocutor: el movimiento de nuestros ojos puede mostrar confianza o todo lo contrario. Las personas con esta capacidad miran directamente a los ojos para transmitir interés y cercanía.
- Postura corporal: mantenernos erguidos o adaptar una postura abierta sirve para mostrar sinceridad y predisposición a escuchar e interesarse.
- Tono de voz: en la cuestión del paralenguaje influye el tono, pero también otros elementos como la velocidad o la entonación. Por ello, las personas asertivas saben cómo modular su voz para no resultar agresivos pero ser convincentes.
- Escuchar: para hablar hay que escuchar. Muchas veces nos olvidamos de esto y nos centramos en nuestro monólogo, esto puede provocar sensación de falta de empatía o desinterés.
- Mantener firmeza en sus posturas: ser respetuoso no está reñido con mantener nuestra opinión y defenderla.
- Expresarse de forma fluida: es un rasgo muy común saber expresar de forma clara un problema y verbalizar las posibles soluciones.
- Expresar los sentimientos: las personas con una gran capacidad asertiva son capaces de exteriorizar sus emociones. Pero sin que esto suponga una limitación dentro de la comunicación.
En definitiva, las características principales tienen que ver con identificar el cuándo, dónde, cómo y en qué medida debemos intervenir en una conversación. Para ello, existen algunas técnicas asertivas para ser capaces de conseguir un equilibrio entre respeto y opinión.
Técnicas asertivas en los entornos laborales
La asertividad puede ser beneficiosa tanto dentro como fuera del trabajo. No obstante, nosotros queremos ponerla en valor dentro de los entornos profesionales, ya que sus beneficios son innumerables para un clima laboral positivo.
Las relaciones dentro de este contexto pueden ser tensas en algunas ocasiones, surgir malos entendidos o crearse rencillas por lucha de intereses, entre otros supuestos. Por ello, no es descabellado pensar que los trabajadores deberían conocer y fomentar estas técnicas asertivas.
Sobre todo, el departamento de recursos humanos debería liderar esta corriente y prestar atención a esta capacidad cuando realiza la selección de personal. Para ello, nuestros estudios en el área de RRHH pueden ser de gran ayuda para mejorar sus competencias.
En el ámbito del trabajo podemos plantear dos situaciones donde esta habilidad es una ventaja. En primer lugar, desde la perspectiva comercial de atención al cliente permite que los trabajadores transmitan mejor su mensaje y logren convencer a los usuarios.
Por otra parte, podemos plantear la relación interna dentro de la compañía. En este punto, todos los miembros se comunican y con asertividad la resolución de conflictos puede ser más rápida y efectiva.
Las técnicas asertivas para afrontar conflictos dentro y fuera del trabajo
A continuación vamos a enumerar algunas técnicas que podemos poner en práctica cuando surgen conflictos dentro del área del trabajo o fuera. La clave está en que podremos actuar desde el respeto sin renunciar a nuestras opiniones.
Disco rayado
Se pone en práctica repitiendo en varias ocasiones una afirmación. Es imprescindible mantener el tono y ritmo sin mostrar un comportamiento provocativo o de confrontación.
Banco de niebla
En esta técnica debemos darle la razón a nuestro interlocutor con el fin de parar la discusión y que no se agrave. Hay que tener cuidado ya que podría provocar cierta agresividad si la otra persona siente que le están “tomando el pelo”.
Técnica para el cambio
La idea es desviar la discusión hacia un punto donde relativizar la propia disputa. La clave está en ese desenfoque donde los interlocutores valoran si merece la pena seguir en la misma línea o parar y reflexionar. Es bastante útil porque no suele generar agresividad en el interlocutor.
Acuerdo asertivo
El acuerdo asertivo consiste en dar la razón al interlocutor. No obstante, aunque se cede, se insiste en el error que se ha cometido, pero no califica a la persona. Es decir, es un modo de transmitir el malestar por algo, pero sin culpabilizar a la persona directamente.
Pregunta asertiva
La quinta técnica propuesta es aquella donde la crítica se convierte en un mensaje positivo. Al darle la vuelta, cambiamos la percepción de nuestro interlocutor y deja de ser el enemigo. Para conseguir esto se formula una pregunta que busca entender cómo puede mejorar.
Estas son solo algunas propuestas que podrás aplicar en la resolución de conflictos. Estas pueden, y deben, aplicarse dentro de las empresas. Pero lo más importante es que se cuente con una estrategia que implique a todos los empleados. De este modo, se podrá poner en valor la asertividad en el ambiente laboral. Para ello, proponemos nuestro Máster en Mediación y Resolución de Conflictos.
Con este estudio, podrás especializarte en esta área de los recursos humanos para que tu empresa resuelva las disputas rápido y sin perjudicar a nadie. Conseguirás ser un experto en mediación y ser crucial para lograr el máximo bienestar entre todos los implicados en una organización.