La Terapia Ocupacional es una disciplina desconocida en muchas ocasiones. Al contrario de lo que muchos pueden pensar, esta labor no se basa en entretener y distraer. Estos profesionales se ocupan de mejorar la calidad de vida de las personas después de una enfermedad o discapacidad, entre otras.
Se clasifica como disciplina socio-sanitaria. Y utilizan la actividad y ocupación como medio terapéutico. Con el fin de devolver al paciente su dignidad y autonomía, siempre en función de las limitaciones de cada caso.
En definitiva, las actividades son el medio y la mejora de ciertas capacidades son el fin. De este modo, se entiende que el terapeuta ocupacional es el instrumento para lograr el objetivo. Por consiguiente, se trata de un pack indisociable que aporta grandes beneficios a las personas que han sufrido una incapacidad desencadenada por distintos motivos.
Historia de la Terapia Ocupacional
Ahora que sabes lo qué es, ¿quieres saber cómo la descubrieron?
La Terapia Ocupacional ha estado presente desde las primeras civilizaciones. En China relacionaban la enfermedad con la falta de actividad. Del mismo modo, en la Grecia Clásica recomendaban el movimiento en función de la dolencia. Igualmente, los científicos del Renacimiento apostaron por la prevención a través del análisis del movimiento.
En los siglos XVIII y XIX se prescribe por primera vez como medio terapéutico el ejercicio físico y la ocupación manual. Por lo tanto, este es el origen de la Terapia Ocupacional. Philip Pinel y William Tuke fueron los encargados de definir sus principios y definiciones en esta época.
Hasta la Segunda Guerra Mundial, la Terapia Ocupacional no es reconocida en Europa. Sin embargo, como veis, llevaba presente cientos de años. Actuando como modo de rehabilitación de algunas enfermedades, junto con otras disciplinas.
Esta profesión se implantará en España a mediados de la década de los 60. Y en 1967, se funda la Asociación Profesional Española de Terapeutas Ocupacionales (APETO).
Objetivos de la Terapia Ocupacional
El objetivo principal de la Terapia Ocupacional es ayudar a mejorar las capacidades del paciente que se han visto deterioradas. Igualmente realizan una función de prevención ante la disminución de estas por trastornos físicos, psíquicos, sensoriales o sociales. El fin último es que las personas logren dar respuesta a sus necesidades y se desenvuelvan con independencia en su entorno.
En su libro, la terapeuta ocupacional Molina Durante, añade algunos objetivos secundarios que también deben tenerse en cuenta en el desarrollo de esta disciplina. Por ejemplo, destacan:
- Valorar las necesidades del paciente en función de los roles ocupacionales requeridos por él.
- Identificar las habilidades necesarias para apoyar esos roles.
- Cambiar o minimizar las conductas que dificultan la ejecución emocional.
- Ayudar al paciente a alcanzar un uso organizado, satisfactorio y con un propósito del tiempo.
¿Cómo se realiza la planificación y desarrollo del tratamiento?
En primer lugar, antes de comenzar el tratamiento es necesario valorar al paciente. Determinar qué rol desempeña ahora y cuál desempeñaba antes de su situación actual.
Posteriormente, debemos averiguar aquellas habilidades que se necesitan mejorar. Teniendo en cuenta los factores de su entorno como, por ejemplo, su familia.
A continuación comenzaría el proceso de mejora mediante las actividades. Con el objetivo final de que el paciente satisfaga sus necesidades básicas, instrumentales y avanzadas.
En todo el proceso es importante tener en cuenta que cada paciente tiene unas necesidades y ritmos. Por ello, la adaptación de las actividades del tratamiento es fundamental para lograr alcanzar el bienestar.
La Terapia Ocupacional en el área laboral
El terapeuta ocupacional no solo tiene cabida en el ámbito de la salud. Su actividad también puede enfocarse a actividades para que los pacientes encuentren un empleo remunerado.
La integración total de una persona con algún tipo de discapacidad pasa por el acceso a todos los ámbitos. Y el plano laboral es uno de los más costosos de logar.
Es por ello, que la labor de los terapeutas cobra especial importancia. Las personas podrán mejorar su capacidad económica, pero lo más importante es que cubren las necesidades de autorrealización.
La independencia y la autonomía son algunas de los valores que podrá desarrollar el paciente. Así como el fomento del bienestar al lograr ser autosuficientes. Igualmente, la autoestima crecerá.
Esto significa que la mejora del paciente no se limita a su vida personal, también al plano social y laboral.
Planificación de la inserción laboral
Por ejemplo, la aplicación de la Terapia Ocupacional en enfermos mentales ayudará a redactar currículum, conocer las pruebas de selección o establecer algunas pautas de comportamiento. El terapeuta puede utilizar distintas escalas para valorar al paciente, algunas de ellas son las siguientes:
- Cuestionario de motivación para el trabajo: mide el grado de motivación.
- Inventario de preferencias profesionales: determina que acciones son más prioritarias para el paciente, aquellas con las que se siente más cómodo o le gustaría realizar.
- Evaluación de intereses vocacionales: valora las expectativas laborales.
- Escala de impacto ambiental laboral (Work Environment Impact Scale): estudia el impacto que supondría que la persona logre la inserción laboral.
La formación de un Terapeuta Ocupacional
¿Cómo se capacitan los profesionales de esta área? ¿Qué conocimientos deben poseer para el desarrollo de su actividad? Alcanzar el bienestar a través de la ocupación no es una tarea sencilla, deben poseer una formación extensa y especializada.
Los terapeutas ocupacionales trabajan con personas y enfermedades muy distintas. Dado que cada paciente es distinto y requiere un trato personal. Por ello, estos profesionales deben tener habilidades que permitan su adaptación a cada situación. Acompañado siempre de una formación socio-sanitaria que les otorgue rigor en tres ámbitos: automantenimiento, productividad y ocio.
Las actuaciones deben estar enfocadas, por tanto, a estas tres áreas de actuación. Pero eso no significa que se reduzcan a un espacio o un perfil. Por lo tanto, los terapeutas ocupacionales pueden ejercer en distintos ámbitos: hospitales, domicilios particulares, escuelas, residencias de ancianos, entre otros muchos espacios.
Algunas áreas en las que puede especializarse un terapeuta ocupacional son las siguientes:
- Salud mental
- Geriatría
- Discapacidades físicas y sensoriales
- Trastornos neurológicos y postquirúrgicos
- Discapacidad Intelectual
- Pediatría
- Exclusión social
En conclusión, los terapeutas ocupacionales son de vital importancia en nuestra sociedad. Pues ayudan a capacitar a los pacientes que se encuentran impedidos por alguna razón. Dotándolos de independencia y mayor calidad de vida, ¿existe algo más importante en la vida de una persona?